Los creadores de títulos "casuales" tan famosos como Bejeweled, Zuma y Plants vs. Zombies nos ofrecieron en 2007 para PC uno de sus juegos más adictivos, Peggle, que dado su éxito visitaría después multitud de plataformas como Xbox 360, PlayStation 3 y Nintendo DS, además de recibir algunas secuelas y expansiones bastante curiosas, como Peggle Nights o Peggle Extreme, con niveles inspirados en Half-Life 2, Team Fortress 2 y Portal. Ahora, unos 6 años después del original, llega esta secuela, de momento, en exclusiva para Xbox One.
El éxito de Peggle se debió a su adictiva fórmula, que como ha ocurrido con algunos de los juegos más divertidos de la historia, desde el legendario Tetris a títulos más recientes como Candy Crush, cuentan con una jugabilidad muy básica y simple, accesible para todo tipo de públicos, capaz de engancharnos durante interminables horas. Cuesta explicar con palabras por qué Peggle es tan adictivo, algo que se entiende mucho mejor con tan solo jugar dos o tres partidas.
Estamos ante el clásico juego de puzles que como hemos intentando resumir en el titular, es una extraña mezcla entre el pachinko, esas máquinas en las que los japoneses lanzan unas bolitas de acero por la parte superior con la esperanza de ganar más bolas que luego pueden canjear por premios, y el clásico Breakout y Arkanoid, el juego en el que moviendo una pequeña nave con forma de tabla tienes que golpear una bola para que rompa los bloques de la pantalla. Peggle es un título en el que por mucho que hayas jugado, siempre te queda la duda de qué es más importante, si tu habilidad y destreza como jugador o la propia suerte, que suele jugar un papel fundamental en las partidas. Decir que se puede jugar tanto con mando como con Kinect, pero a este último sistema de control no le vemos sentido, resulta más impreciso y frustrante, y nuevamente se ha vuelto a incluir el famoso periférico con calzador.
En Peggle nuestro objetivo es golpear las 25 fichas naranja de cada tablero, que tiene alrededor de unas 100 fichas, lanzando con un cañón 10 bolas de metal desde la parte superior, que van cayendo de manera un tanto aleatoria al fondo del tablero. La bola rebota al golpear las fichas, las ilumina y estas se eliminan para el siguiente disparo. Hay cuatro tipos de fichas: las azules, que solo nos dan puntos, las naranjas, que necesitamos eliminar para superar los niveles, las verdes, que activan tu poder mágico, y las moradas, que valen 50 veces más que las azules, y que son muy valiosas, ya que si conseguimos 25.000 puntos en una tirada, nos dan una bola extra. También hay que tener en cuenta que en la parte inferior de la pantalla, de lado a lado, se está moviendo constantemente un cubo, y si la bola cae dentro de él, nos dan otra bola extra.
Estas son las nociones básicas del juego, y la verdad es que no hay mucho más que saber, tiene unas mecánicas sorprendentemente simples que no le impiden engancharnos durante horas. Como suele ocurrir en los juegos de puzles, la gracia está no solo en superar las fases, sino en conseguir las mejores puntuaciones posibles y los desafíos opcionales. La puntuación de un disparo se calcula multiplicando los puntos obtenidos al golpear cada ficha por el número de fichas golpeadas, y el valor de estas aumenta a medida que eliminas fichas naranjas, subiendo el Fiebrómetro
Hay disparos especiales, como bola larga, que es golpear dos fichas que no sean azules de un extremo a otro de la pantalla, tobogán extremo, golpear doce fichas consecutivas en un tobogán de fichas, ataque naranja, golpear un alto porcentaje de fichas naranjas con un solo disparo, y otro tipo de carambolas, algunas que incluso no llegaremos a ver por muchas horas que hayamos jugado. El momento más feliz de la partida llega con Fiebre extrema, cuando has eliminado la última ficha naranja, suena de manera atronadora el Himno a la alegría, y el fondo del escenario se abre en agujeros de diferente puntuación -10.000, 50.000 y 100.000, el más suculento-.
La estructura de Peggle 2 es tan simple como su jugabilidad, tenemos 6 mundos con 10 niveles y 10 pruebas en cada uno. Completar los niveles suele ser bastante fácil, basta con eliminar todas las fichas naranjas, pero además en cada nivel tenemos tres objetivos opcionales, por ejemplo eliminar todas las fichas del tablero, conseguir determinada puntuación, o ganar con un número de bolas restantes. Las pruebas son una serie de desafíos que nos piden hacer algo muy concreto, como acabar con todas las fichas de un solo disparo, realizar varios disparos especiales, o jugar sin guía, entre un sinfín de variantes.
Cada mundo tiene una ambientación propia, y sobre todo, un maestro, un personaje que además de aportar su simpatía e incluso su propia ambientación musical, cuenta con una habilidad especial, muy importante en el devenir de las partidas. El primero es Bjorn, un unicornio que cuenta con el poder de la superguía, una habilidad que nos indica la trayectoria exacta que va a trazar la bola, incluso hacia dónde va a rebotar. Jeffrey, un troll de montaña, tiene la habilidad de la roca, un enorme disparo que barre hacia abajo con todo lo que se cruza.
Berg es un simpático yeti, con el poder de la gelidez, que congela las fichas para poder desplazarlas por el tablero con un impacto. Gnorman es un robot con un humano dentro que usa el ultravoltio, electrificando grandes grupos de fichas a su paso. Y por último tenemos a Luna, una niña fantasma que puede usar sombra oscura, un poder que hacer traslucidas a todas las fichas azules, permitiéndonos llegar sin problemas a cualquier ficha naranja. Pueden parecer pocos cinco personajes, peros sus habilidades están muy bien diferenciadas, y nos veremos obligados a usarlos a todos, sobre todo para superar las pruebas.
No se puede decir que Peggle 2 desborde contenido, aunque sí tiene el suficiente como para estar enganchados una buena temporada. 60 niveles, 60 pruebas y 180 objetivos opcionales, muy complicados de conseguir a veces, así que si queremos hacernos el 100% tendremos juego para rato. También hay un modo multijugador online para cuatro jugadores, titulado Fiesta de fichas, en el que cada jugador cuenta con su propio tablero, y consiste en ver quién hace la mayor puntuación. Entretenido, pero no se han comido demasiado la cabeza, podían haber incluido otros modos multijugador más originales.
En todos y cada uno de los aspectos de Peggle 2 estamos antes un más y mejor de lo mismo respecto a anteriores Peggle, una secuela muy continuista, algo que no le pasa factura ya que han transcurrido 6 años desde el lanzamiento del original, y en pleno 2013 se vuelve a sentir como algo nuevo y fresco, muy adictivo y entretenido. El mayor salto se ha producido con su aspecto visual y sonoro, muy mejorado, tanto que estamos ante un juego de puzles enormemente vistoso, que derrocha simpatía y colorido por cada poro. Los maestros se sitúan en un lateral de la pantalla reaccionando con divertidas animaciones a cada una de nuestras tiradas, y cambian totalmente la ambientación sonora de cada nivel.
El aparto sonoro de Peggle 2 es prácticamente perfecto. Sonando exquisitos temas de música clásica como la Sinfonía n.º 9 en re menor de Ludwig van Beethoven, más conocido como el Himno de la alegría, que se desata cuando conseguimos la Fiebre extrema, al golpear la última ficha naranja si jugamos con Berg como maestro. "Guillermo Tell" de Gioachino Rossini, "Dance of the Hours" de Amilcare Ponchielli, el "Preludio de 1812" de Piotr Ilich Chaikovski y "In the Hall of the Mountain King" (Peer Gynt) de Edvard Grieg. Piezas magistrales perfectamente integradas en el juego, incluso en la jugabilidad, ya que según golpeamos las fichas suenan las notas de estos temas.
Peligrosamente adictivo
Exclusivo de Xbox One hasta que Electronic Arts diga lo contrario, Peggle 2 es un excelente título descargable, de esos juegos necesarios en el arranque de una consola, momentos en los que necesita nutrirse de todo tipo de géneros, en este caso con un adictivo y muy entretenido juego de puzles para toda la familia. Si ya disfrutasteis en su momento del original, seguro que os ha llamado la atención la llegada de esta secuela, pero si todavía no habéis descubierto la peculiar propuesta de Peggle, y os gustan este tipo de títulos, darle un tiento, ya que como nos ha pasado a nosotros puede que quedéis irremediablemente atrapados, uno de los mayores placeres que te pueden ocurrir con un videojuego.