Con apenas dos o tres segundos que apareció como tal en la segunda película, valió más que todo lo que apareció en la tercera (aunque también aquí pasaron bastante de él). Una primera (y fugaz) aparición en pantalla exageradamente buena.
De hecho, junto al arranque de Rondador atentando contra el Presidente, todo el ataque a la Mansión es lo mejor de la trilogía.