Es una solución un poco chapucera, pero puedes encender la consola con el tabletomando, y cuando aparezca el logo de WiiU, apagar el tabletomando con el botón "power". La consola no reconocerá el comando de apagar porque todavía está iniciando, y el tabletomando queda apagado. Después, sólo tienes que encender el mando pro con el botón HOME y listo.