Iniciado por
Kores
"El subwoofer" en un sistema de Dolby Digital o DTS es un canal en sí mismo, tanto como el central, los frontales o los de
efectos.
Y se pone al volumen al que tienen que estar TODOS los canales: el adecuado.
Puede sonar a perogrullada, pero verás como no. Ese volumen adecuado solamente es uno. Además, es personal e intransferible creado por la combinación cajas - electrónica - sala. Si Norberto-Washington lo tiene a 45, Eufrasio-Johnatan a 33,2 y Graciela-Ramona lo tiene a 50, lo mismo los tres lo tienen bien y ninguno de esos niveles te sirve a tí.
Para poner el volumen adecuado a todos los canales, hay que tener una de dos cosas:
a) una electrónica dotada de un sistema de autocalibración
b) un sonómetro.
Metodología:
a) En caso de tener una electrónica con autocalibración es imprescindible poner el micro en un trípode en el punto central de escucha, activar el proceso y salir de la sala. La experiencia demuestra que solo así funciona como debe. En todo caso, abstenerse de sentarse en el sofá, ponerse el micro en lo alto de la cabeza y quedarse durante el asunto....es 100% seguro que no irá bien.
b) En caso de tener que tirar de sonómetro, poner el ampli a 0dB de marcador u 80% de recorrido del potenciómetro. Luego poner el test tone de forma que no cambie de un canal a otro, sino que se quede en un canal hasta que queramos (el sonómetro necesita un poquito de tiempo). Luego poner el sonómetro en posición C, Slow y medir que en el punto central de escucha (pitorro del sonómetro apuntando siempre al techo en un ángulo razonable y constante, JAMAS apuntar a cada canal). Se trata de tener 75dB de presión sonora en todos y cada uno de los canales, subwoofer incluído. Doy por supuesto que los ajustes de distancias (para los retardos) y tamaño de cajas, así como la frecuencia de corte del subwoofer están correctamente establecidos de antemano.
Tanto la opción a) como la b) van mejor si dejamos que el ampli se caliente antes.
Alternativamente se puede hacer esto "a oreja" con el test tone y rematar con una peli. El problema es que como cada peli es de su padre y de la madre que las parió, cambiarás de los ajustes de volumen varias veces durante la película y en todas y cada una de ellas. El límite del número de ajustes que harás, depende de la paciencia del resto de tu familia y de la tuya propia. El procoso termina normalmente con un sonoro "que le den por culo", momento a partir del cual uno empieza a disfrutar del cine, aunque con un equipo bastante desajustado. Por supuesto, hay excepciones. Por ejemplo nuestro querido Hombre Lobo, que lleva el sonómetro de serie en el cráneo y no necesita electrónicas adicionales.