No es difícil vislumbrar que hay cierta guerra entre los grandes distribuidores, y que el Black Friday pilló de sorpresa y a contrapié a más de uno.
Este año ha sido diferente: se han preparado, y, ante lo que pudiera pasar, ECI y FNAC han golpeado antes. Las dudas sobre si habría Black Friday, y la impaciencia natural del consumidor, probablemente ya les han proporcionado unas jugosas ventas.
Pero nadie mueve ficha a nivel oficial sobre el viernes 29. Porque nadie quiere poner ofertas demasiado buenas, y reducir aún los márgenes, pero tampoco quieren ser la tienda que "se-queda-atrás". No da buena imagen ante su público potencial.
Tanto consumidores como competencia estamos a la espera de ver qué hacen los demás. Si alguien mueve ficha, el resto intentarán igualarlo o superarlo; pero no pasarse de largo. Es una subasta, y se subasta nuestro dinero. El posicionamiento estratégico de las tiendas como referencia de consumo, y convertirse en la tienda que todos nombran a la hora de hablar de ofertas.
Probablemente a estas horas quien manda maneja varias opciones, y dependiendo de lo que hagan los demás, acabarán sacando una u otra. Nadie quiere sacar una oferta que sea inmediatamente superada y hacer el ridículo de apenas tener ventas. Un Black Friday de pasillos/cuentas vacías daría una impresión de decadencia horrible.
¿Variables?
- Que entre o no todo el catálogo de BR con/sin excepciones.
- Que entre o no el catálogo de DVD con/sin excepciones.
- Que entre o no el material del cual no hay stock en el momento de hacer la compra física u on-line.
- Que sea un 2x1 o un 50%.
Mi duda es: cuando se pronuncien los primeros, ¿cuánto tardarán en hacerlo los demás para intentar desinchárselo o no perder comba?
La respuesta es clara: nos vendemos al mejor postor. Tan sencillo como elemental.