El último libro que he leído es:
Yo Confieso de Jaume Cabré (*****), y lo único que lamento es no saber catalán para poder haberlo leído en su lengua originaria; no obstante diversas fuentes destacan que la labor de la traductora es impecable y capta de forma ejemplar la vida de Adriá Ardèvol, un niño que vive en la Barcelona de los años 50 del pasado siglo. Un niño obligado a ser un estudioso de las lenguas del mundo en un seno familiar falto de calor y cariño; torturado por un violín, propiedad de la familia Ardèvol, que contiene la esencia del Mal en los últimos 500 años de Europa.
En sus páginas hay sitio para el amor, el misterio, la busqueda de la verdad, reconciliación y redención. Todo ello con una prosa muy particular. Es un libro para ir despacio, su ritmo lo exige. Muchos han dicho que se parece a Thomas Mann. Yo no estoy de acuerdo con esa aseveración.
Lo recomiendo con precaución, es un libro difícil que pone a prueba al lector, pero una vez llegado al final y dejado macerar, hace de su lectura una de las experiencias más gratificantes y estimulantes de la literatura del pasado año.
Un muy cordial saludo