Tampoco me gustan esos retoques. No se trata de que me deba parecer bien todo lo que opine un autor, sino entender que es su obra, y que tiene todo el derecho del mundo a dejarla como mejor le parezca aunque, en mi opinión, se haya equivocado. Y se ha equivocado, para mí, porque a él la creación de esa película le produjo una insatisfacción que yo nunca experimenté. A mí su Guerra de las Galaxias me dio la vida, tal y como se estrenó en cines. Él sólo podía ver dónde quería ir y no llegó; nosotros lo bien que lo habíamos pasado con lo que nos dio en aquel momento.
Ahora su película a mí me parece doblemente anacrónica, porque los efectos digitales insertados a posteriori no están añadidos con demasiada armonía y están igualmente desfasados (no puedo con esos soldados imperiales tan irreales subidos a los dewbacks o lagartos del desierto).
Sin embargo, la historia juzgará como debe ser: George Lucas fue un importante visionario, que llevó al cine a una nueva fase que amplió el horizonte de creatividad en cuanto a mostrar lo que hasta entonces no se podía, integrando y ayudando a desarrollar la industria de la generación de imágenes de síntesis digital, llegando a cambiar sus películas a posteriori, bla, bla, bla...