Yo sí. ¿Y lo bien que se queda intentando parecer un purista y "oh, gran cinéfilo entendido" evocando las películas antiguas, las llamadas de autor o independientes y reconociéndolas como el "verdadero cine" y repudiando cualquier atisbo de cinta-espectáculo? Pues eso mismo. Una tontería como cualquier otra. A la crítica y al público que pretende ir de docto le sucede eso. Pero ni dudes que todos ellos verán esta película seguro.
Todo el mundo dice que sigue con devoción los documentales de la 2 para quedar como un ser sensible y culto, cuando estos documentales tienen una audiencia pírrica; en cambio, el "Sálvame" de turno, "Supervivientes" o los partidos de fútbol barren en audiencia. Aquí tres cuartos de lo mismo. El aparentar es un engaña-bobos. Si digo que veo a Woody Allen o películas de Billy Willder, John Ford u Orson Welles quedo como Dios, pero si digo que me encanta Stallone, Michael Bay o el Avatar de Cameron soy un pobre diablo sin criterio ni cultura cinéfila. Vamos, lo que viene siendo estupidez supina.
Disfruta de Bay, Hitchcock, Stallone, Avatar, Welles, Wilder, Batman o Spielberg y que te importe tres pimientos por no decir otra cosa lo que diga cualquiera. Pero, sobretodo, eso: disfruta. El cine es cuanto nos hace sentir: diversión, emoción, espectáculo. Nadie, absolutamente nadie, ni los que se autodenominan "crítica especializada" tienen la verdad absoluta, y menos aún en cuanto a lo que le puede gustar a cualquiera. A las fílias y fobias cinéfilas de cada uno no las gobierna nadie.
Michael Bay barre en taquilla. Por algo será.