A mí modificar obras del pasado (y Toy Story 2 es ya un clásico) para adaptarse a sensibilidades modernas me parece una estupidez, un crimen cultural, y abrir un melón muy peligroso para la herencia cultural.
De acuerdo ahí, aunque esto no deja de ser una escena dentro de las típicas tomas falsas que Pixar metía en sus películas. Es un añadido más que otra cosa.
Aún así reitero que estoy totalmente de acuerdo con lo que has dicho.