La primera entrega de Thor, dirigida por Kenneth Branagh, me pareció un buen filme. Las partes de Asgard estaban muy conseguidas, aunque flaqueaba un poco en la Tierra.
La segunda,de Alan Taylor, es de lo peor que he visto en el subgénero de cine de superhéroes.
Con la aparente vuelta de Branagh, me había esperanzado, pero ahora, ya descartado, no iré a ver este filme a las salas. Como mucho, la disfrutaré en casa cuando la pasen por televisión.