La serie y su éxito se basa en la realidad, o en el intento, de dar un enfoque real sobre el Departamento de Policía de una ciudad como Baltimore. Problemas personales, situaciones cotidianas y rutinarias que terminan que configurar la personalidad y el relieve de los agentes que siguen las actuaciones del propio departamento sobre el tráfico de drogas y en general el día a día de un policía.
La serie empieza lenta, prácticamente no pasa nada, salvo que cuando llevas más capítulos empiezas a valorar que lo que te están ofreciendo tiene mucho de real, mucho más que otras exageradas donde el protagonista se lleva siempre el mérito y no sufre daños. Aquí el protagonista sufre más veces que méritos se lleva.
La serie crece poco a poco, temporada a temporada, en donde vas a descubrir toda una ciudad, sus círculos, sus fechorías y sus tejemanejes. Unos personajes muy cuidados, con su propia personalidad que para nada dejan que la serie se los coma, sino más bien, se llevan su bocado de serie.
No verás situaciones de acción desenfrenada y de finales felices. The Wire es muy aséptica. Y por eso cuando la terminas te vas con buen sabor de boca. Y sí, tienes tus momentos de levantarte y decir: Toma!!!! Jódete!!!! en plan ultra de fútbol. Y eso solo lo consigue una serie que no te da satisfacciones en cada capítulo. Sentirás igual que el protagonista.
Que suerte tienes de ser nuevo en la serie. Yo la he visto 4 veces ya.