Porque es imposible hablar de esta serie sin mencionarlos. De hecho, cuando los ves necesitas hablarlo con alguien, porque son un enorme e intencionado
¡What the fuck?! Al principio no sabes si tomártelo a cachondeo o es de verdad. Piensas si realmente no se han dado cuenta de que por extravagantes caminan al filo del ridículo, y que muchos dirán que de filo nada, que se han caído de cabeza. Creo que ha sido una jugada muy provocadora y arriesgada, que a muchos les ha sentado, o sentará, como el espaldarazo definitivo para rechazar la propuesta. Sin duda, dentro de lo ligero, esto y el final de la temporada han sido la polémica de la serie. A mí me impactó, y me he reído varias veces con los singulares movimientos. Y admito que me sacó de la ficción para plantearme cómo gestionar eso. Pero me ha gustado, es un toque muy simpático, pintoresco, cuya intención quizás pasa por huir de lo convencional, por ofrecer algo reconocible y particular como un original adorno que el buen cuentacuentos coloca en su historia para llamar la atención. De nuevo, traspasando las fronteras de lo esperado. No creo que importe nada la credibilidad, sino lo que aporta a la historia. En su defensa, quiero recordar que los movimientos y posturas corporales, más aún con las respiraciones, en distintas culturas orientales han sido siempre relacionadas con la canalización de energía e incluso con el paso a estados místicos. Además, los personajes que lo realizan aquí no son cualquiera, sino personas especiales, elegidos a los que se le atribuyen poderes.