En filmin no la pueden poner mejor:
"The Assassin" una nueva dimensión para el digital (y el cine)
Llevábamos años tras ella, prácticamente ya iban siete, y si algo nos ha quedado claro hoy, es que la espera a merecido sobradamente la pena. Hou Hsiao-Hsien eleva a una nueva dimensión no solo el empleo del digital, sino la esencia del cine. "The Assasin" está llamada a marcar el antes y después, y probablemente lo haga con una irrebatible Palma de Oro bajo el brazo.
¿De qué va?
China, siglo IX. Nie Yinniang regresa a casa de su familia tras años de exilio. Educada por una monja que la inicia en las artes marciales, es una auténtica justiciera cuya misión es eliminar a los tiranos. Su maestro le da como misión matar a su primo Tian Ji'an, gobernador disidente de la provincia militar de Weibo. Nie Yinniang tendrá que elegir: sacrificar al hombre que debería haber amado o romper definitivamente con “la orden de los Asesinos”.
¿Quién está detrás?
Hou Hsiao-Hsien no solo es el responsable de "Millenium Mambo", una de las mejores películas que la cinematografía asiática nos ha brindado en el nuevo milenio, también en uno de los máximos exponentes de la historia del cine en general, cuya imperdible obra podéis abordar en filmin con "Tiempos de amor, juventud y libertad" o "El vuelo del Globo Rojo".
¿Qué es?
Lo que "Meek's Cutoff" supuso al western, lo es "The Assassin" para el wuxia.
¿Qué ofrece?
Probablemente estemos ante la película definitiva de Hou Hsiao-Hsien y también del wuxia, lo que sobradamente significa un momento mítico, un punto de inflexión en la historia del cine, y no solo oriental, sino más bien mundial. La experiencia de visionado de "The Assassin" solo es comparable a un permanente estado de absoluta embriagación, de orgiástico placer. Y para ello antepone sin miramiento alguno la propuesta formal al nucleo narrativo, el carácter estético al desarrollo del argumento, elevando así a una nueva y estratosférica dimensión el empleo del digital, un formato que en este ejemplar caso, adquiere textura de imagen inauditamente pulcra, que se siente tan potencialmente palpable como cautivadoramente envolvente.
Combinando de forma hipnótica secuencias de interiores minuciosamente planificadas, de esencia tan barroca como detalladamente manierista y absolutamente fascinante (jamás el simple movimiento de unas cortinas llegó a dar tanto juego), con escenas exteriores de un inaudito potencial sensorial, que se sienten tan apabullantemente hermosas como irresistiblemente magnéticas, Hou Hsiao-Hsien consigue lo que ningún empleo del 3D ha llegado nunca a lograr: hacer sentir al espectador que literalmente seamos parte del plano, que de forma incorpórea levitemos y nos suspendamos sobre él. Y lo hace a base de profundizar en una extremadamente nítida definición de la imagen y una inaudita saturación del color, sustentándose en la destilación de la acción, que no en su sobrempleo, en la que no hay lugar para el exceso coreografíco aunque si para su abrupta pero ante todo inmaculada ejecución, una ejecución que se revela de forma sobradamente sutil y rebosante de matices. Tanto es así que la historia es lo de menos. No en vano estamos ante una catársis cinéfila, esteticista y manierista en el mejor de los sentidos, que sin duda alguna entra de lleno en lucha por la Palma de Oro. "Carol", "Mountains may depart" y "Son of Saul" ya tienen quien probablemente les adelante. Magistralmente épica. Lo nunca visto.