El factor romántico en la vida de Peter Parker siempre ha sido un pilar fundamental y, de hecho, muchas de las mejores historias han tenido de telón de fondo sus relaciones sentimentales. No se concibe la vida de Spider-Man/Peter Parker sin una historia de amor. Gwen, Mary Jane, Felicia Hardy, Betty Brant... Spider-Man sin historia de amor no es Spider-Man. Incluso en sus historias más oscuras y adultas, como bien podría ser "La última cacería de Kraven", por ejemplo (y mi favorita, todo sea dicho), lo que movía a Peter a regresar de la tumba donde había sido enterrado (literal) infinitamente más allá de su afán de justicia, era regresar junto a su esposa Mary Jane, o en la propia de la muerte de El Duende Verde. Spider-Man no es un superhéroe al uso, nunca lo ha sido. Es más sentimental, más humano que la mayoría. Es lo que lo convirtió en el personaje emblema de la Marvel, por su empatía con los jóvenes que pasaban por idénticos problemas que él y que disfrutaban además de con sus aventuras superheróicas con sus vaivenes amorosos y ahora con público más adulto a medida que también él evolucionó y creció. Si no fuera así, sencillamente, no sería Spider-Man.
Eso sí, estoy totalmente de acuerdo que hay formas y formas de tocar el tema. Raimi con lo hizo bien en general, pero con lagunas, por supuesto.