Antes las películas eran películas.

Se esperaban con espectación, o no. Se disfrutaban, o no. Se analizaban o se olvidaban... pero nadie se preocupaba dos años antes de quién tenía que dirigirla o a quién tenían que poner al frente del reparto. Y mucho menos se reaccionaba con odio y visceralidad si el estudio osaba hacer lo que le diera la gana con su película...sin contar con lo que nosotros queríamos!!!

La suma de internet más una generación malcriada está haciendo mucho daño a la industria del cine. Los estudios se han acojonado ante la toxicidad en las redes y a la mínima que un actor se tome una copa y dice cualquier tontería a alguien, ya lo están largando de todos los proyectos y cancelando sus contratos.

A mí me da pena, la verdad. Pero es lo que hay...