A llorar a la llorería.
Aquí, un personaje reconocido y reconocible por sus opiniones parciales y sus trincheras comenta que según qué compañeros están dando más pena que Warner. Tú le agradeces el mensaje. Acto seguido, comentas que le van a escupir y que mejor dejarles en su burbuja. A continuación, adicionas que esos mismos compañeros van literalmente a degüello por defender un posicionamiento intelectual legítimo (por mi parte es desdén, desconfianza y nula expectativa, básicamente. Si quieres te hago un croquis). Y concluyes con esa mención a la predisposición a odiar, literalmente execrable, a fin de deslegitimar cualquier intento de réplica. ¿Qué debate pretendes promover, muchacho? Intenta ponerte, infructuosamente, todo lo digno que quieras. Conmigo no cuela desde hace mucho. Te tengo caladísimo y no te voy a permitir ni una. Porque no me sale del cimbrel, efectivamente.