Pero la directora de este artefacto tiene experiencia consolidada y contrastada en encubrir tejemanejes sexuales turbios (irónicamente, la muy hipócrita se declara feminista), es totalmente afín a la cuerda político ideológica imperante y en consecuencia -de momento- está protegida más allá de su competencia para el cargo (ninguna) y además alienta a la dictadura políticamente correcta en dos de cada tres declaraciones. De Star Wars no tiene puta idea, pero vaya, lo normal (Filoni tiene más de un renuncio). Todo ello la convierte en una incapacitada más para afrontar un legado que la supera con mucho pero Hollywood suele reconocer a uno de los suyos y, otra cosa no, pero allí saben cómo pagar deudas, silencios y servicios prestados.