Más que eso, de hecho.
Es como si JRR Tolkien hubiera tenido los derechos cinematográficos de su obra + un estudio de cine propio + el lujo de no tener ni que ir a empresas subcontratadas para realizar la postproducción + dinero pagar pagar él mismo todo eso y no depender de absolutamente nadie.
Ese es el tema, que no existe caso igual en la historia.
El resto son X libertades pero no ilimitadas producto de ganarse un nombre en la industria (lo que equivale a confianza "meto 150 kilos en una peli de Spielberg porque sé que me va a reportar 300 y no me meto mucho porque ha demostrado que sabe lo se hace) y de tener una productora propia con la que garantizar X derechos.