Se pueden decir muchas tonterías que no se sostienen a la hora de defender o criticar una película, muchos argumentos mal construidos que difícilmente aguantan un argumento a la contra.
Pero la experiencia de sentarse y verla es única, personal e intransferible. A unos les gusta y a otros no. No hay más. Ahí no hay equivocación posible.
En una misma película, hay tantas películas diferentes como espectadores.
Jamás entenderé el que unos y otros se sientan agraviados/amenazados por la opinión contraria.
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