Aunque estas reflexiones exceden de las consideraciones que venimos haciendo acerca de la polarización informativa, la identificación avatariana de muchos aficionados con los futbolistas y la histeria colectiva realimentada, nunca viene mal ampliar la perspectiva de estos acontecimientos programados por organismos supranacionales. En el mismo sentido que el artículo anterior:
"Tiene un precio estimado de 6.000 millones de euros lo que se ha gastado el país en ponerse a punto para el Mundial. Una cifra que para muchos es desproporcionada y que tendría que haber sido invertida en otras necesidades más urgentes, como la salud, la educación o aliviar la extrema pobreza que padece el 40% de los sudafricanos.
Este debate está ahora mismo más abierto que nunca en el país y cada vez más voces se cuestionan si no se podría haber hecho un Mundial diferente. “No se puede exigir a un país en vías de desarrollo las mismas infraestructuras que a uno europeo –opina el documentalista Craig Tanner– y Sudáfrica podría haber hecho el Mundial en sus estadios preexistentes y dedicar estos fondos a necesidades más acuciantes”.
Muchos sudafricanos hicieron la misma reflexión que Tanner y ahora se preguntan si la FIFA es un “socio fiable” a la hora de llegar a acuerdos. Hay que tener en cuenta que una gran parte de la factura se debe a las condiciones impuestas por el organismo internacional. Un ejemplo: el estadio Green Point de Ciudad del Cabo tuvo que ser construido de nuevo –a un coste de casi 60 millones de euros– porque la FIFA consideró que el campo que ya tenía la ciudad quedaba demasiado cerca de los barrios marginales. “Mil millones de espectadores no pueden ver pobreza a esta escala”, se escribió en uno de sus informes.
Pero la FIFA no se ha olvidado de sus cuentas de resultados y ha exigido al Gobierno sudafricano exenciones de impuestos, tanto para ella como para sus empresas asociadas. El servicio de Tasas Aduaneras calculó que sólo hasta el mes de abril el país perdió unos diez millones de euros por la importación de bienes relacionados con el Mundial libres de cargas. Los acuerdos también incluían la cesión de jets privados, limusinas, coches, chóferes, descuentos en hoteles y billetes de avión y reservas de habitaciones médicas. Toda una serie de condiciones que han provocado que este organismo haya llegado a compararse con un “poder colonial”.
“El Mundial profundiza la inserción de Sudáfrica en el sistema globalizado, un modelo que beneficia a los más ricos y perjudica los más pobres –según el profesor de economía Patrick Bond– y esto sin contar con el peligro de padecer una explosión de la deuda. Se calcula que una buena parte de culpa de la actual situación griega se debe a la factura de los Juegos Olímpicos de 2004”. Y Sudáfrica ya parte con una deuda externa de 60.000 millones de euros.
(Fuente: http://www.rebelion.org/noticias/opi...l-mundo-109416 )



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