Está claro que pintores como Dalí o Picasso han perpetrado muchísimos engendros, pero adentrándote en su obra descubres etapas en las que mostraban un talento único, con obras objetivamente admirables, que luego les concedieron el prestigio para poder vomitar truños sin inmutarse.
Pero de Miró llevo años y años buscando un cuadro que me haga decir "Ah vale, ya sé de dónde viene tanta admiración, jamás habría pensado que nadie tendría el talento para pintar esta maravilla".
¿Es Miró el más exitoso vendedor de humo de la historia?
Abro paraguas.