Son de mis momentos preferidos: esas situaciones con extraños que nunca sabes cómo llegan, en las que nadie se entiende con nadie y termina todo con la misma incertidumbre con la que comienza. Me gustaría conocer por aquí, y aunque se que resulta difícil contarlas sin una risita -o vergüenza- estaría bien recopilarlas. Bueno, bien no se si estaría, pero unas risas podemos echarnos.
Esta semana he tenido dos:
-La primera fue al confudir en el metro a un chico con un amigo mío. El chico me respondió en... ¿francés? y yo -que seguía creyendo que era él, porque resultaba igual- le contesté "qué tío" o algo así. El chico me dijo como pudo en español que estaba confundiéndome y le pedí disculpas, pero luego estuvimos los dos riéndonos frente a frente en el vagón. Hubo una complicidad en nuestra risa a raíz del momento que no olvidaré fácilmente.
-La segunda me ha sentado como una patada en los cojones, y ha sido esta misma tarde. Estaba yo en el FNAC con un colega en la sección de discos cuando han puesto el video de Dover: mi amiguete me dice que resultan patéticos, yo le contesto "es que por mucho que la mona se vista de seda...". En ésto que una chica se gira, se acerca a mí y me suelta a la cara "¿Y tú eres un hijo de puta, cabrón?". Yo flasheado le digo "Disculpe" y ella vuelve a insultarme. Mi colega y yo le especificamos que nos referimos a Dover y ella contesta "Ah, es como pasaba al lado" y enfila todo recto mientras me mira como un psicópata. Yo y el colega a cuadros, en serio.
¿Tanto cuesta agachar la cabeza cuando se debe y pedir perdón cuando hay que hacerlo? Manda cojones.