NI EL MAR NI LA ARENA (1972) de Fred Burnley.
Lo que empieza con media hora de film romántico convencional (un poco drama, un poco hasta ligero y divertido) da un giro cuando el chico muere. Ella, desesperada, y en plan el clásico relato "La pata de mono" de W.W.Jacobs (curiosamente en el mismo año que la magistral "Deathdream" de Bob Clark aludió al mismo clásico relato) ruega y pide por el regreso de la tumba de su amado. A partir de ahí, se puede imaginar. Sigue el romance, pero cada vez de contornos más tortuosos, espectrales (claro) y que acaban hasta en asesinato. Película interesante, quizá falta de una más densa atmósfera fantastique que la eleve a algo de verdadera gran categoría. Susan Hampshire lo da todo y la peli siempre es interesante y con algunas muy buenas escenas (notablemente, el reencuentro y algunas hacia el final) pero como digo, no le hubiera venido mal un estilo más intenso, atmosférico y mortuorio al conjunto. Para amantes de las rarezas y del romanticismo fúnebre.