Dawson, yo también he salido hace unas horas con una sonrisa de la sala.
Vale que el esquema de la película se puede decir que no es novedoso y que algún punto de la trama nos lo vemos venir, pero si quitamos eso, creo que la película también tiene sus puntos de interés y alguna crítica social por parte de Stupnitsky, ya no sólo la obvia
hacía la gentrificación sino también hacía la sobreprotección paterna (-en contraste con las ganas de ser mayor antes de tiempo de su anterior film-)
y que, sobre todo, me ha parecido muy divertida y que equilibra muy bien sus aspectos más directos y gamberros con otros elementos más emotivos, incluso dulces.
Y lo mejor es que la pareja protagonista, una Jennifer Lawrence más cómica que nunca y un sorprendente y casi novel Andrew Barth Feldman, esta n perfectos en todos esos registros y pasan de uno a otro con facilidad pasmosa. En ese sentido hay parte de la película para enmarcar, como toda
donde el trabajo actoral de ambos me parece tremendo y donde hay incluso algún momento musical la mar de bonito y perfectamente interpretado (aquí va la pedazo de versión de Maneater que se escucha
En definitiva, tal como dice Dawson, la película no es perfecta, pero sólo por ver a esos dos personajes y lo bien que nos lo hacen pasar, efectivamente, merece la pena un visionado.
Saludos