La he visto en un pase especial. Me ha gustado mucho a pesar de algunos problemas de ritmo en el segundo acto. La película arranca muy bien, estableciendo un misterio alrededor de una figura que deben investigar los dos protagonistas, y toda la situación que encuentran al llegar a Japón está muy bien narrada y es sumamente interesante.
El problema es que ya metidos en el segundo acto, el hilo principal de por qué van a Japón se pierde y hay una serie de situaciones algo reiterativas que además Scorsese alarga en algún momento de más. El emotivo tercer acto vuelve a elevar la película a altas cotas.
Dicho eso, me parece una pega que tampoco estropea una magnífica película, con una enorme carga emocional. Scorsese va al fondo del alma de los personajes, sin ahorrarse cuestiones espinosas. A través de una inspirada puesta en escena que saca partido de los escenarios naturales, la atmosférica niebla... nos sitúa en dilemas casi imposibles de resolver.
Estamos ante un Scorsese contenido, sin esos continuos movimientos de cámara y subrayados. Pero precisamente por eso, cuando los hace tienen una gran importancia narrativa, destacando especialmente
ese movimiento final hacia el interior de la pira funeraria
. Tampoco hay un exceso de violencia gráfica, y sin embargo es una película muy dura de ver por la tensión psicológica y espiritual.
En cuanto a la cuestión religiosa, yo veo normal que la Iglesia abrace la película, porque a pesar de que plantea todos esos temas que están en la novela, no pierde nunca de vista la naturaleza positiva del auténtico cristianismo que representan muchos de estos sacerdotes (fundamental el personaje del
traidor que sigue buscando la redención sin descanso)
. Scorsese es un cristiano con dudas, dolor y conflicto, pero en último término esperanzado, y eso se agradece en una película tan dura.
Sin duda una de las grandes películas de este año, y de los últimos tiempos.
Nota:
8.5