Ayer tuve el placer de volver a sentarme en una sala de cine para ver Shutter Island, lo último de uno de mis favoritos: Scorsese. Precisamente, haber dirigido largometrajes tan notables y sobresalientes elevan el handicap del director norteamericano, lo cual puede pasarle factura. No obstante, vi la película como una más, sin prejuicios ni recomendaciones de ningún tipo. Me senté virgen ante el filme protagonizado por Leonardo DiCaprio.
En términos generales me pareció una película muy correcta, notable en ambientación y detalles técnicos, aunque adoleciendo de una gran falta de originalidad. No es un filme redondo porque no es una historia que me sorprenda. Eso sí, como película efectista sí que se postula con creces. Al ser un thriller psicológico, Shutter Island consigue llevar al espectador a plantearse las mismas cuestiones que su protagonista, a empatizar con él y sumergirse en la misma paranoya. Empero eso no es suficiente para cautivarme como espectador. Me he tragado muchos largometrajes efectistas y la droga cada vez hace menos efecto.
Por último, me gustaría destacar que Martin Scorsese ha intentado rodar su El Resplandor. De hecho, estoy seguro de que al crear, idear y montar la película, utilizó en su famosa pantalla de referencias (Martin monta con una pantalla aparte donde tiene el filme al que le gustaría asemejarse en equis escena) el thriller de Kubrick. Y lo cierto es que las mejores escenas de la última película de Scorsese son aquéllas en las que más parecidos encuentro con la obra del autoritario Stanley.
La he puntuado con un 6 en Filmaffinity. Sí, últimamente ando yo muy exigente.