Qué maravilla del celuloide: <u>"SCARFACE, EL TERROR DEL HAMPA"</u> (1932) , del gran Howard Hawks, es una obra maestra absoluta del cine de gángsters.
Constituye una de las obras pioneras del género junto a otras películas mayores como <u>"LITTLE CAESAR (HAMPA DORADA)"</u>, de Mervyn LeRoy, o <u> "EL ENEMIGO PÚBLICO"</u>, de William Wellman, todas ellas sitas en el inicio de la década de los 30.
La cierto es que, aún a día de hoy, impresiona y sorprende su carga violenta, puesto que los hechos que se presentan en pantalla eran extremadamente inhabituales para la época de su realización. Hawks no se cortó a la hora de filmar un elevado número de muertes a tiro limpio, sugerencias sexuales más que evidentes, violencia física y verbal, y hasta una obvia insinuación de incesto entre el posesivo personaje principal y su rebelde hermana.
Cuenta la historia de ascenso y caída de un gángster caracterizado por una cicatriz que le cruza el rostro (basado en Al Capone) con una ambición sin límite (su lema es: "el mundo es tuyo", la frase publicitaria escrita en un cartel enfrente de la casa del personaje) y que hará todo cuanto sea necesario para reinar en el mundo del hampa. Sus métodos son de una brutalidad atroz, de una crueldad total, de una contundencia nunca vista; siempre teñidos por un curioso humor burlesco propio de su implacable chulería y carácter desafiante.
Está interpretado a la perfección por Paul Muni, que otorga a su personaje unas dosis de dureza y terquedad decisivas para alcanzar sus delirios de grandeza. Empieza desde abajo, pero sus ansias de crecimiento le llevarán a cometer las mayores atrocidades para obtener su obsesivo fin de ser lo más grande posible. Lo sacrificará todo con tal de conseguirlo, aun a pesar de destruir la amistad, el amor o los lazos familiares. No hay obstáculos lo suficientemente importantes como para que Tony Camonte no pueda sobrepasarlos.
El esquema del devenir del protagonista es: ascenso, éxito y caída. Después, la saga de <u>"EL PADRINO", "UNO DE LOS NUESTROS" o "CASINO"</u> seguirían esa misma estructura.
No obstante, mientras que en esas películas los protagonistas podían suscitar la simpatía del espectador a pesar de sus horribles actos y de su inmoralidad, en <u> "SCARFACE..."</u> el personaje principal es un tipo sin escrúpulos que traiciona a quien sea necesario y que sólo piensa en sí mismo. Sus acciones tan sólo responden a un objetivo final: ser lo más poderoso posible. Todos y cada uno de sus actos no tienen justificación posible: no existe un código de honor ético mantenido a rajatabla como en EL PADRINO, no conserva cierto comedimiento como Liotta en UNO DE LOS NUESTROS o De Niro en CASINO; es un cabronazo de tomo y lomo dispuesto a sembrar el caos. Camonte es un arribista sin ética ni moral, un ser despreciable en grado sumo.
En mi opinión, Hawks no pretende que el público simpatice con él, dado que la intención no es convertirlo en un héroe ni nada por el estilo. La película retrata a una mafia inmisericorde a la que no se puede perdonar y que ha cometido actos de una barbarie intolerable. De hecho, en el inicio ya se advirte que la película es una denuncia contra las mafias que tanto daño y dolor han causado, y una petición al gobierno para que impida la violencia y el crimen organizado.
La película, además, es tremendamente descarada al plasmar con una claridad total las insinuaciones sexuales que con desvergüenza hace Tony Camonte a Poppy (muy probablemente prostituta) o al sugerir una posible relación incestuosa entre el propio Camonte y su espabilada hermana. Ésto último será el hecho que desencadenará el fatal proceso de caída del protagonista.
Por otro lado, las armas, las metralletas, las ráfagas de balas y la destrucción masiva se dan cita en elevadas proporciones para una cinta de esa época. Supongo que Hawks hizo malabarismos para dar esquinazo a una censura que ya se encargó de retrasar el estreno del film en virtud de su elevado contenido violento.
Muy interesante resulta el recurso empleado por Hawks respecto a mostrar un signo en forma de "X" cada vez que alguien muere o está a punto. Por ejemplo, en la escena en la que se reproduce "la matanza del día de San Valentín" (siete hombres desarmados están con los brazos en alto y de cara a la pared. Acto seguido, los mafiosos disfrazados de policías les acribillan por la espalda y a sangre fría), la cámara no enfoca la matanza, sino que nos ofrece la vista de un objeto con forma de "X".
La razón de ser del signo corresponde a la utilización que de él hacían los periódicos de la época con el fin de no reproducir las fotos de los muertos en las conflictos gansteriles. Hawks, muy inteligentemente, muestra "X" a lo largo de todo el metraje y, especialmente de forma notoria, cuando por problemas de censura le impidieron enfocar matanzas crudas explícitamente.
Si a la violencia y al sexo, unimos el humor, ya tenemos un cóctel muy atractivo. Aparte de los gestos de cómica bravuconería del personaje de Muni ya citados, uno de sus matones es particularmente hilarante: un casi deficiente mental que ejerce inútiles labores de secretario del jefe gangsteril.
Otro detalle que se agradece es la aparición del mítico Boris Karloff (post-FRANKENSTEIN) en el papel de un gángster que se enfrenta al poder del personaje de Paul Muni.
En definitiva, una magistral película que ha pasado a la historia y que fue víctima de un remake en 1983 por parte de Brian De Palma, en un film llamado <u> "EL PRECIO DEL PODER"</u>. Esta violentísima película escrita por Oliver Stone es muy apreciable, de hecho también contiene elementos altamente interesante y muy poderosos. Posee numerosos puntos en común con el precedente, pero el tono y el estilo son muy diferentes.
Al Pacino realiza una "performance" brutal como el "hermano gemelo" de Tony Camonte, aquí llamado Tony Montana. Llega a ser todavía más cruel, desalmado, obsesivo y desequilibrado que el personaje del film de Hawks, lo que ya es decir. Como suelen comentar los anglosajones, la interpretación de Pacino está "over the top", al nivel de extremismo y exceso del estilo del film.
Lo que en la obra de 1932 era cierta contención dentro del agresivo contexto, aquí De Palma utiliza la vía del efectismo sanguinario y de la mayor espectacularidad posible, fundamentalmente en ese impactante, pirotécnico y dilatado final en la finca de Pacino. Su impresionante interpretación rayando en la demencia y el fascinante aspecto visual de la realización del director se llevan al límite, para acabar resultando una película excitante y rompedora que se sumerge en una espiral de violencia explícita.
Ambas versiones de SCARFACE son totalmente recomendables y muy disfrutables, aunque mis preferencias se decantan por el sublime film de Hawks.
Lástima que "SCARFACE, EL TERROR DEL HAMPA" (1932) no cuente con edición DVD en ninguna parte y que "EL PRECIO DEL PODER" (1983) posea una edición lamentable en España, sin subtítulos en castellano ni en la película ni en los extras.
<img src=http://www6.gratisweb.com/davebowman/image2.jpg></p>Editado por: <A HREF=http://pub132.ezboard.com/bmundodvd43132.showLocalUserPublicProfile?login=da vebowman>Dave Bowman</A> fecha: 9/15/02 10:05:02 pm