AVANCE DE LA 56 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN

El director Mario Monicelli y el cine negro japonés protagonizarán dos de las retrospectivas del Festival

La obra del maestro italiano Mario Monicelli y el específico tratamiento del film noir que el cine japonés ha realizado a lo largo de su historia, serán protagonistas en la próxima edición del Festival de San Sebastián, que se celebrará del 18 al 27 de septiembre.

Durante los años 50 y 60 del pasado siglo, la comedia fue uno de los géneros más importantes del cine italiano. Entre todos los directores que se dedicaron a aquellas películas en las que el tono cómico no escondía una visión crítica de la sociedad, destaca Mario Monicelli, autor de las piezas más emblemáticas de esta corriente popular que encumbró a actores como Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Marcello Mastroianni, Nino Manfredi o Alberto Sordi.

El Festival de San Sebastián ya dedicó en 1998 y 1999 dos ciclos a la comedia italiana, por lo que la retrospectiva que se realizará este año sobre Mario Monicelli, con una selección de unas 40 películas, viene a reafirmar el interés del certamen por uno de los periodos más gloriosos del cine italiano. Monicelli fue el responsable de la que posiblemente sea la pieza más cotizada de aquella efervescencia cómica, I soliti ignoti (Rufufú, 1958), con un reparto irrepetible: Gassman, Mastroianni, Claudia Cardinale, Memmo Carotenuto, Renato Salvatori y el veterano Totó. Maestro consumado del arte cómico y de la dirección de actores, Monicelli no rehuyó otros géneros más severos, como en La grande guerra (La gran guerra, 1959), un film tragicómico ambientado en la Primera Guerra Mundial y protagonizado por Gassman y Sordi; I compagni (1963), película sobre el movimiento obrero; o Vogliamo il colonelli (Queremos los coroneles, 1973) inspirada en la dictadura militar griega.

Nacido en Roma en 1915, Monicelli continúa rodando, y su último film hasta el momento es Le rose del deserto (2006). Monicelli ha participado en cuatro ocasiones en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián: en 1958, con I soliti ignoti ganó la Concha de Plata, ex aequo con Vértigo, de Alfred Hitchcock; en 1965 Casanova 70 recibió el premio a la mejor dirección y el premio a la mejor interpretación masculina para Marcello Mastroianni; en 1968 La ragazza con la pistola ganó el premio a la mejor interpretación femenina para Monica Vitti; y en 1971, Brancaleone alle crociate, recibió el premio a la mejor interpretación masculina para Vittorio Gassman.

La retrospectiva constará de 41 largometrajes y dos cortometrajes. Entre los títulos escogidos se encuentran:

* Totò cerca casa (Totó busca piso, 1949)
* Vita da cani (Vida de perro, 1950)
* Guardie e ladri (Guardias y ladrones, 1951)
* Padri e figli (Padres e hijos, 1957)
* I soliti ignoti (Rufufú, 1958)
* La grande guerra (La gran guerra, 1959)
* I compagni (Los camaradas, 1963)
* L’armata Brancaleone (La armada Brancaleone, 1965)
* La ragazza con la pistola (1968)
* Vogliamo i colonnelli (Queremos los coroneles, 1973)
* Amici miei (Habitación para cuatro, 1975)
* Un borghese piccolo piccolo (Un burgués pequeño, muy pequeño, 1977)
* Le due vite di Mattia Pascal (La doble vida de Matías Pascal, 1985)
* Le rose del deserto (2006)

RETROSPECTIVA TEMÁTICA: JAPÓN EN NEGRO

La fecunda producción de cine policiaco y de temática criminal en Japón sigue siendo una gran desconocida en Occidente. Producto de un claro proceso de importación de géneros literarios y cinematográficos foráneos, principalmente americanos, el film noir japonés podría parecer una anécdota en la historia del cine nipón. Sin embargo, Japón supo darle un “carácter nacional” al relato policiaco: el sentido del honor del gángster, la paciente labor investigadora del policía, el tormento del criminal marginado o el retrato de una sociedad sumida en el caos de la postguerra eran motivos temáticos que expresaban no pocas inquietudes y ansiedades de la psicología japonesa.

La retrospectiva Japón en Negro permite una panorámica en esa historia paralela de un cine japonés que los occidentales no veíamos en festivales de cine y filmotecas, pero que el público autóctono consumía con entusiasmo. Incluirá desde las películas de jugadores (bakuto) de la época muda hasta el auge del cine de gángsters tras la II Guerra Mundial, las importantes aportaciones de cineastas como Akira Kurosawa o Shohei Imamura o las significativas incursiones de destacados directores de la modernidad japonesa (Nagisa Oshima, Mashahiro Shinoda, Hiroshi Teshigahara) que usaron las intrigas criminales para crear filmes subversivos y muy personales. Y se prestará especial atención a ese momento de esplendor del yakuza eiga (el cine de gángsters nipón) que fue la década de los 60, con una enorme producción de cintas sobre gángsters heroicos y solitarios; y a la década de los 70, cuando el yakuza eiga se volvió más realista.

Pero Japón en Negro considerará otras expresiones del film noir: el melodrama criminal o las aventuras de duros detectives en la más pura tradición hard boiled, así como la interesante revitalización que vive el género desde la década de los 90 gracias a directores como Takeshi Kitano, Takashi Miike, Takashi Ishii o Kiyoshi Kurosawa.

La retrospectiva Japón en Negro constará de 40 películas, entre las que figurarán:

* Nora Inu (El perro rabioso, 1949), de Akira Kurosawa
* Hateshinaki yokubo (Endless Desire, 1958), de Shohei Imamura
* Karakkaze yaro (Afraid To Die, 1960), de Yasuzo Masumura
* Tengoku to jigoku (El infierno del odio, 1962), de Akira Kurosawa
* Yaju no seishun (The Brute / Youth of the Beast, 1963), de Seijun Suzuki0
* Kawaita hana (Pale Flower, 1964), de Masahiro Shinoda
* Jingi no hakaba (Graveyard of Honor, 1975), de Kinji Fukasaku
* Sono otoko, kyôbô ni tsuki (Violent Cop, 1987), de Takeshi Kitano
* Waga jinsei saiaku no toki (The Most Terrible Time in My Life, 1994), de Kaizo Hayashi
* Hebi no michi (Serpent’s Path, 1997), de Kiyoshi Kurosawa