Hola chicos.
Está bien que el progreso suponga una comodidad llevando en ocasiones a transformarse en auténtica vaguería sobre todo en el tema de los televisores puesto que ya ni pulsar el conveniente botón del mando como para cambiar de programa.
Pero vamos, para interesarse hoy día en uno que si se trata de una tecnología LED con sus respectivas calidades de visionado entre si es Direct Led, Full Array Local Diming, etc, contando aparte de si es Nano Cell, QLED, Mini LED, en breve Micro LED albergando encima otros aspectos a saber como complementos como Neo QLED o QNED sin salvarse tampoco en un futuro la del OLED, que seguramente pase a denominarse NEO-OLED por cualquier mejora que pueda presentar la misma.
Añadimos así mismo si es un panel IPS o VA. Por supuesto ya sabiendo por parte del posible comprador la resolución a elegir de entre la escasa existente a 720p, siguiendo la de 1080p, 4K e incluso 8K.
Luego, por si fuera poco a mucho ignorante en el buen sentido de la palabra como gente mayor se le presenta el problema de qué distancia sería la recomendable cuando en sus tiempos con las CRT siempre el lema dictado era permanecer lejos del televisor.
Ahora para colmo de la propia industria se le suma el fiasco de la que se dedica a implementar los pertinentes términos para diferenciar las prestaciones que poseen confundiendo más si cabe al usuario.
Tal cual la treta de los fabricantes con la iluminación o miles de nits que dicen tener su marca como así mismo la de los hertzios.
Tal rotundidad que me reafirmo en la treta impulsada por LG y Samsung para las tres dimensiones, abandonadas a su suerte por ellas mismas.
¿Otro fracaso? El cual ya supe de él nada más aparecer a la venta y que por supuesto ni una sola ya se ve en los centros comerciales ¿Lo adivináis? Las pantallas curvas.
En la vida me he encontrado con tanta indecisión para una OLED desde que empecé a interesarme por alguna desde el 2019 con la C9, no ya haciendo referencia a mí mismo, sino a amigos y preguntas en foros como los distintos modelos en los que el cambio de una letra significa por ejemplo que la base es distinta o simplemente se limita a un acabado distinto en color.
Increíble cómo ha degenerado la industria poniendo tanta y tanta traba. Pero claro, ahí no queda la cosa cuando encima alguien se dispone a querer comprar un procesador de cine en casa y resulta que tras pagar, 1000, o 5.000 euros ese ansiado HDMI 2.1 completo le falta alguna característica como para poder ser una verdadera toma que albergue todo lo que conllevan, o bien lo más grave sea que la placa base no admita tal resolución por los 120 hertzios que no son compatibles por un defecto de fábrica.
Estamos en tal fase que ya hay que ser ingeniero electrónico para elegir la pantalla soñada.
¿Qué opináis al respecto?