Creo que en general hemos coincidido todos respecto a esta película. Unos breves apuntes al comentario de Alcaudón:
- Yasmina Reza es también la autora de una obra que se ha representado en diferentes montajes por los teatros peninsulares: "Arte", otra suerte de comedia ácida. Yo la vi con Josep Maria Flotats, Josep Maria Pou y Carlos Hipólito hace ya muchos años. El texto de la obra adaptada es muy ágil, lo que me hace pensar que también sobre el escenario tendrá una duración cercana a la hora y media, quizá menos (como el film). Aunque Reza y Polanski retocaron algo (más bien poco) los diálogos, la adaptación es sumamente fiel, salvo por los prólogo y epílogo en el parque (ausentes del texto) y el final: en la obra los anfitriones reciben una llamada de la hija y se vuelve sobre el asunto del hámster.
- Simbolismos: que el móvil de Waltz suene al final yo lo interpreto como una forma de retorno a lo mismo, una imposibilidad de huir del conflicto. Esa coincidencia de personas encerradas en un cuarto del que parecen no poder salir, además de a Buñuel, me recuerda la célebre obra teatral de Jean-Paul Sartre, "A puerta cerrada" ("Huis Clos"), en la que aparece la repetida frase "el infierno son los otros", adecuadísima también para esta Carnage. Sobre el posible simbolismo del hámster, no sé si juega un papel simbólico o no, en todo caso resulta impactante ese primer plano del animal en la secuencia final, magnífica por otra parte, que se va abriendo a lo que pasa en el parque, desde el diálogo amistoso de los chavales al fluir de las personas (con ese perro orinando en un árbol en el ángulo izquierdo de la pantalla).
- Título: la obra se titula "Le dieu du carnage" y en inglés "God of Carnage", de ahí que la película se quede en Carnage. Cuando el personaje de Waltz invoca a ese "god of carnage", los subtítulos también traducen por "un dios salvaje". Ciertamente, el título original es más crudo, más "salvaje".
Para mi, la escena del teléfono sonando, es algo así como dice Mad Dog, que la vida sigue "rodando" y el mundo exterior, está alejado de toda esa discusión que acaban de tener, la verborrea que han soltado para nada, toda la mierda que tenían escondida... para que finalmente las personas realmente afectadas, han solucionado su problema, y los que están afuera de ese piso, no se han enterado de nada...
Típica frase después de discutir entre amigos y criticar todo lo que se debería cambiar en la sociedad, criticando unos a otros y dando soluciones... en 1 ó 2 horitas... y acabamos diciendo... "venga... ya hemos arreglado el mundo"....
"Vive y deja Vivir"
"Estamos la primera mitad de nuestra vida, machacando nuestro cuerpo, haciéndole sufrir.... y la otra mitad, intentando solucionarlo...."
Completamente de acuerdo. Al final son los propios protagonistas (los hijos de las dos parejas) los que se reconcilian y acaban tan amigos mientras que sus progenitores entran en una especie de "bucle" del que no pueden (o no quieren) salir. Y desde luego la referencia a las dos películas de Buñuel es de lo más acertada aunque hay que reconocer que al menos EL ÁNGEL EXTERMINADOR es muy superior a la obra de Polanski.
Y aunque sea una simple anécdota, la voz de la secretaria que no hace más que llamar a Waltz es nada más y nada menos que de la recientemente fallecida Julia Adams (1926-2019), la inolvidable protagonista de CREATURE FROM THE BLACK LAGOON (1954, LA MUJER Y EL MONSTRUO).
Pensándolo detenidamente creo que el final con el hámster hace más bien referencia a cómo un animal que siempre ha vivido en cautividad (al igual que todos sus ancestros) logra sobrevivir en un ambiente hostil (¿quizás por qué está solo?) mientras que seres presuntamente más evolucionados (al menos en la escala evolutiva) y sociales no son capaces de escapar de la espiral de violencia en la que se ven involucrados.
Bueno, no sabemos si consigue sobrevivir mucho tiempo porque no sabemos cuánto ha pasado desde el momento que Michael lo suelta (lo hace por la mañana del día de la discusión a cuatro bandas). Tampoco sabemos si el diálogo entre los chicos se produce ese mismo día o si transcurre días después. La gracia es que, precisamente, los posibles simbolismos, si los hay, quedan muy abiertos, la resolución del film se puede interpretar de diferentes maneras. A mí particularmente me gusta más cómo finaliza la película (el móvil que vuelve a funcionar y la circularidad de la secuencia en el parque) que la obra teatral. Confieso, de paso, que los hámsters son unos animalejos que no me resultan demasiado agradables (pero nunca haría, creo, lo que hace Michael: de hecho, hace muchos años, unos "amigos" tuvieron la "buena idea" de regalarme uno... y me resultaba muy incómoda convivir con el bichejo). Por otra parte, recuerdo un relato particularmente inquietante sobre el problema de soltar un hámster en un jardín, pero no estoy seguro del autor o autora, a ver si lo localizo.
Yo creo que sólo le falta guiñar un ojo al animalito.
Por si a alguien le interesa, he localizado el relato sobre hámsters: se trata de "Los hámsters contra los Webster", de Patricia Highsmith, incluido en el libro de relatos "Crímenes bestiales", que tienen a animales como máximos protagonistas.
La venus de las pieles (La Vénus à la fourrure) (2013)
Si Carnage era la adaptación en inglés de una obra teatral francesa de Yasmina Reza (que participó en el guion junto a Polanski), cuya ambientación en un lugar cerrado de París (un piso de clase media) se trasladaba a Nueva York, La Vénus à la fourrure es la adaptación en francés de una obra teatral norteamericana (“Venus in Fur”, estrenada en el 2010 en el off-Broadway y en el 2011 ya en Broadway) de David Ives (que participó en el guion junto a Polanski), cuya ambientación en un lugar cerrado de Nueva York (el interior de un teatro) se traslada a París. El gusto de Polanski por lo especular y la circularidad se muestra ya en esta ocasión en las mismas circunstancias del proyecto.
Si Polanski encerraba a cuatro personajes en Carnage, componiendo una suerte de “film de cámara”, aquí solo son dos, una actriz (¿o es algo más?), Vanda (Emmanuelle Seigner), y un director de escena, Thomas Novachek (Mathieu Amalric, que luce un aspecto sospechosamente parecido al propio Polanski; incluso el apellido del protagonista, que ya figura en la obra original, parece remitirnos a alguien procedente de la Europa del Este, como el Trelkovsky de The Tenant).
Ese parecido da mucho juego en las interpretaciones del film, mucho más teniendo en cuenta que la antagonista en el reparto es la mujer de Polanski, pero en todo caso hay que anotar que en origen el proyecto se empezó teniendo previsto a Louis Garrel como Thomas. Es curioso, porque no se me ocurre un actor menos parecido a Amalric que Garrel, ni por físico ni por edad (Garrel tenía 30 años en 2013; Amalric, 48).
Otro interesante dato a retener es que, a pesar de tener la nacionalidad gala y de vivir desde hace muchos años en Francia, este es el primer largometraje rodado por Polanski en francés.
La venus de las pieles es toda ella un juego escénico que acumula diferentes capas de distanciamiento, metalingüísticas, en un nuevo juego de espejos que parece proyectarse al infinito. La película nos muestra una audición improvisada para elegir la actriz que ha de protagonizar una adaptación al teatro de la célebre novela de Leopold von Sacher-Masoch “Venus im Pelz”, en la cual el personaje de Wanda, que es para el que hará la audición Vanda (sorprendente similitud en los nombres), parece una encarnación de la Venus de Tiziano, “Venus con un espejo”.
Pero decíamos que quizá esta Vanda es algo más que una actriz. La misma manera de abrir y cerrar el film por parte de Polanski sugiere que es la encarnación de un poder, o quizá simboliza algo más que una vulgar actriz: el film se inicia con un largo travelling subjetivo a través de un paseo arbolado de París en una noche de tormenta, con gran aparato eléctrico. La cámara acaba entrando en el teatro donde se realizan las audiciones sin que hayamos visto en ningún momento de quién es esa “mirada subjetiva”. Una vez dentro, descubriremos que quizá correspondía a Vanda, que se ha materializado como por arte de magia. De manera simétrica, al final de la película la cámara saldrá del teatro mediante un travelling de retroceso (que ya no puede corresponder a la mirada de nadie) hasta volver al paseo arbolado.
Vanda llega tarde, cuando la audición ya ha terminado y Thomas está hablando por teléfono con su novia. Se muestra como una mujer un tanto vulgar (mastica un chicle, que acaba pegando a una mesa), poco cultivada (pregunta si la obra tiene algo que ver con la canción “Venus in Furs”, título mítico de la Velvet Underground de Lou Reed y John Cale),
ordinaria en su lenguaje, en su manera de vestir (llega enfundada en cuero y con un collar de perro) y en su manera de comportarse.
Pero cuando empieza a actuar como Wanda se transforma: demuestra un prodigioso dominio del texto,
se mueve con soltura, controla el escenario (incluso sabe graduar la iluminación a la perfección) y, progresivamente, como si fuera esa mujer venusiana de Sacher-Masoch inicia un juego de dominación al cual se va prestando cada vez con más determinación Thomas, transformado en Severin, el antagonista de la novela, que acabará convertido en esclavo de Wanda.
Incluso llega a someterlo a una especie de psicoanálisis que desnuda un poco más al personaje.
Un ejercicio de sadomasoquismo que irá subiendo de tono a lo largo del film, hasta llegar al final, en que Vanda/Wanda/Venus atará a Thomas/Severin a un poste (en realidad un cactus del decorado de una versión musical de... La diligencia!!!) con unas medias, y lo abandonará a su suerte en el teatro, después de bailar una danza frente a él recitando “Las bacantes” de Eurípides, en que definitivamente la actriz parece haberse convertido en una diosa: desnuda y envuelta en pieles, como una Venus/Afrodita.
Se le nota cómodo a Polanski con el texto, incluso introduce pequeños detalles autorreferenciales: el cuchillo que Vanda deja caer sobre el escenario (Rosemary’s Baby), la transformación de Thomas/Severin en Wanda (The Tenant, Cul-de-Sac), en que Vanda le pinta los labios y él se pone unos zapatos de mujer, además de todos los comentarios sobre la dirección de actores, en que parece que esté teorizando el propio Polanski. Aunque quizá, como también pasaba en Carnage, hubiera sido preferible un formato 1,85:1 en lugar del scope, lo que hubiera “encerrado” algo más a los personajes, incrementando la sensación de asfixia, claustrofóbica, que produce en algún momento esa sala vacía, lo cierto es que la película está muy bien filmada, con una iluminación excelente y unos encuadres de gran precisión. Nuevamente es Pawel Edelman el que está detrás de la cámara. La música, de Alexandre Desplat, funciona también a la perfección, en especial en el prólogo y el epílogo, adoptando en algunos momentos un cierto tono juguetón.
Y, por último, mención especial para el reparto. De Amalric, gran actor, podíamos esperar una interpretación de altura, pero la que destaca, sobre todo si tenemos fresco en el recuerdo sus anteriores trabajos con Polanski (Frenético, Lunas de hiel, La novena puerta), es Emmanuelle Seigner, que en mi opinión está espléndida. La volveremos a ver la próxima semana cuando comentemos el último film de Polanski, al menos hasta la fecha: Basada en hechos reales.
Segundo visionado del film, el cual he disfrutado, pero no a niveles de "un dios salvaje", iré directo al grano esta vez, la primera parte del film, me entusiasma más, después, para mi se espesa un poco para rematar con un final acorde al mundo Polanski. La primera parte me encanta, porque es más el choque de dos realidades sin texto de por medio, o sea el encontronazo de dos personalidades bien diferentes, que por H o por B acaban trabajando el texto juntos. El choque de ambos me fascina, la "choni" de Vanda con el ególatra de turno, Thomas. El desprecio inicial de Thomas hacia Vanda, con esos aires de superioridad, supongo que tan típicas en los creadores, ya sea de libros, obras o films, contrasta rápidamente con la inseguridad de esas/os actores/actrices que empiezan, vulnerables a casi todo y con una autoestima, más bien tirando por los suelos. Pero las tornas se van cambiando, la inseguridad traspasa de campo, cuando ella le enumera algún punto flojo subjetivo de su obra, Thomas entra en cólera relativa típica de cuando al creador se le es criticado. Pero son esos tics de creador todopoderoso que intenta bajar a lo terrenal, lo que me fascina del personaje de Thomas, como por ejemplo el desprecio, con un par de gestos y un par de frases, al musical de "la diligencia"; aquí pensé inmediatamente el rechazo "ipso facto" por parte de Alcaudon al personaje de Thomas, incluso pudiendo llegar a ser imperdonable y determinante en la califacación final del film de Polanski, porque Mr Polanski, con el binomio Alcaudón /John Ford NO SE JUEGA!!!!
Lo interesante de la segunda parte del film, es el dominio de Vanda para ponerse en el papel y cambiar de registro realidad/ficción, en contrapunto al de Thomas, totalmente descolocado y confundido, primero por la calidad que muestra Vanda como actriz (impensable para él....y para todos) y porque la inseguridad que presenta Vanda en la realidad se apodera de Thomas, tanto en el personaje como en la realidad, no hay apenas diferencias en dicha dualidad y Thomas se empequeñece gradualmente. La idea me resulta fascinante, pero a la hora de plasmarlo no tanto, ya que se me hace algo engorroso dicha parte centrada más en el texto de la obra, no es que esté mal, simplemente no es tan de mi gusto, me gusta más lo terrenal de "Carnage" y la del propio film en su primera mitad o primer tercio, y menos cuando nos adentramos más a contextos filosóficos....pero repito, cosa de gustos.
Sobre el reparto, la calidad de Amalric es incuestionable (no me sorprende lo que comenta Mad, sobre la coincidencia física con Polanski), si que tenía dudas con la esposa de Polanski, pero dudas con fundamento, por sus reguleras interpretaciones en "Frenetico", "Lunas de Hiel" y "la novena puerta". Es pues una sorpresa su interpretación, sorpresa positiva claro, y deduzco rápidamente que la Seigner en francés es otra actriz que la Seigner que tiene que hablar en inglés; en el film habla el personaje, habla la actriz, es creíble y es muy fácil empatizar con ella, en sus otros film comentados recita más que interpreta, y ahí cagamos los espectadores!!!!.
En resumen, me gustó más en mi segundo visionado, pero me quedo con la primera mitad del film, muy disfrutable, me quedo con esas intros y outros ya comentadas por Mad, y no me quedo tanto, cuando el film baja al barro filosófico, volviéndose un poco engorroso para mi gusto, aunque se que es necesario para plasmar la evolución de los dos personajes y las transformaciones de estos, pero cinematográficamente no son de mi disfrute.
Y ahora "Basada en hechos reales", que no se absolutamente nada del film, no se de que va, ni quiero saberlo, solo se que sale Eva Green que, por cierto, está más buena que el pan, y la Seigner, el cual espero y deseo que hable en francés!!!! visto lo visto, lo prefiero así.
Sí, sí, tranquilo, Basada en hechos reales también es en francés, y la Seigner mantiene el tono ascendente. A mí esos elementos "filosóficos" que apuntas no se me hacen pesados, al contrario le dan densidad al film, encuentro que están muy bien trabados. En la evolución de los personajes me gusta sobre todo la de Thomas, como se va convertiendo en el Severin del texto de Sacher-Masoch. Por cierto, lectura recomendable, obra señera del masoquismo literario, cuyo autor, como es bien sabido, dio nombre a esa variante sexual/conductual.
Gracias a Mad dog me he motivado y le acabo de pegar un vistazo a La Venus de las pieles. Con vuestros dos comentarios creo que ya está todo dicho. Da gusto leeros. No creo que haya visto algo mas de lo que apuntáis. Las referencias sueltas a sus otras pelis me encantan, y me pregunto que me he perdido porque hay varias ya mencionadas que no he visto pero si he leído todo este hilo a conciencia. Sea como sea, a mi personalmente me ha parecido brillante y perfecta. Lo mejor del director. Es directa en su mensaje, se ríe del autor para humillarlo al no ser fiel en su adaptación. Y me pregunto si lo hace de alguna forma por criticas anteriores a Roman Polanski. Puede ser? Ha sido una grata sorpresa. Tanto que se ha convertido en mi favorita de él. Carnage tiene mucho que envidiar audiovisualmente a ésta. Parece que no tiene nada, pero La Venus de las pieles es rabiosamente completa. La edición de sonido complementando los gestos, la transformación de los personajes, el cambio de roles, el lenguaje metalingüistico en el que Polanski deja claro que esta adaptación no es fiel al texto original, la inspirada consciencia en rematarlo todo con un aire de misterio, las ridículamente perfectas actuaciones, la iluminación con juego de contrastes a varios niveles (dudo que sea casual que las sombras vayan poseyendo la pantalla conforme la peli avanza), el dinamismo de la cámara y la maestría en hacer que la cámara baile sin ser redundante ni aburrida entre los protagonistas, las minimalistas composiciones que nunca son abandonadas en son de mostrar los roles de poder, incluso como se mueven y los gestos de los personajes sin dejar momentos poco inspirados para mantener el ritmo, y por último la atmosférica música. Todo esto convierten esta obra en algo que yo considero perfecto. No hay nada que desentone. Gracias por vuestros comentarios en este hilo porque sino no me habría motivado a descubrir cosas del director.
Aun tengo que ver las ya mencionadas La muerte y la doncella y Tess que creo que me encantarán pero no se si desde mi perspectiva superarán lo mucho que me gusta ésta. Para intentar ir a vuestro ritmo las veré en un futuro ya que tengo la próxima Basada en hechos reales a mano en mi cofre pirata.
Última edición por Anonimo19042021; 29/04/2019 a las 00:31
Me alegro que te haya resultado provechoso pasarte por este hilo. Da gusto ver que el hilo sirve para atraer a alguien al cine de Polanski, sin duda uno de los grandes de los últimos 50 años a pesar de cierta irregularidad, sobre todo en los 80.
El detalle del tratamiento del sonido es, ciertamente, original, aunque Polanski decide no abusar de él. Si te ha gustado tanto el film, te recomiendo la lectura del libro de Sacher-Masoch.
Sin duda, me lo apunto.
Existen adaptaciones bastante curiossas, desde un cómic hasta varias ilustraciones de Dalí.
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Ven...y_curiosidades
Casi parece algo propio de Egon Schiele... Y Dalí tiene otras múltiples ilustraciones sobre la figura de Venus:
https://www.salvador-dali.org/en/art...Fi=&colleccio=
Última edición por Anonimo19042021; 29/04/2019 a las 01:32
Para mi siempre será el pianista, por excelencia la mejor de sus obras
No seas tan categórico antes de hora , que todavía tiene cuerda para rato. Como mínimo, esperamos pronto el estreno de J'accuse (por cierto, también en francés y con Emmanuelle Seigner y Mathieu Amalric, y esta vez también Louis Garrel, como el célebre capitán Dreyfuss).
Cuando publiqué este comentario sobre Oliver Twist no había leído la novela de Dickens. Estos días he corregido esa laguna y ahora puedo dar una opinión con más fundamento sobre la fidelidad o no de Polanski (y también de Lean) respecto al texto dickensiano. Apunto algunas diferencias (hay muchas más, pero no tan substanciales).
De entrada, tal como intuía, al eliminar por completo toda referencia a la madre de Oliver, que en cambio sí juega un importante papel en Lean, Polanski se aleja notablemente del texto. Incluso Lean tampoco es muy fiel, ya que la trama familiar de Oliver es tremendamente compleja y folletinesca (muy decimonónica) e implica de manera casual al propio Brownlow (que en el film de Lean resulta ser su abuelo, cosa que no es en la novela). Juegan además en esta parte de la trama argumental un papel muy importante personajes que no aparecen ni en Lean ni en Polanski, incluido una hermana por parte materna. Por parte paterna sí que hay un hermano que aparece en la versión de Lean, Monks, aunque me parece que no se explicita que sea familiar director del chico. Polanski prescinde, pues, de todo ese intrincado linaje, cargado de relaciones “pecaminosas” fuera del matrimonio, y creo que hace bien (aunque a costa de alejarse de la obra original) al convertir a Oliver en un muchacho sin pasado, un superviviente del hospicio sin más protección que la que se gana él solo con su comportamiento. Un opción muy polanskiana, por cierto.
Otro detalle en que se diferencian ambas versiones respecto a Dickens es el final. Tanto Lean como Polanski fuerzan un clímax final que no existe, o mejor, que está planteado de manera muy diferente, en el texto. Oliver, desde mucho antes de acabar la novela, ya se encuentra a salvo acogido por Mrs.Maylie, situación que se ve reforzada después con el reencuentro con Mr.Brownlow. Por otro lado, el final de Sikes huyendo por los tejados con Oliver es una aportación cinematográfica que, ciertamente, resulta mucho más intensa que la dickens¡ana, más “cinemática”, que no la huida en la novela que protagoniza solamente Sykes, ahorcándose accidentalmente, eso sí, como en el cine. De hecho, ese final en Polanski más parece un remake del film de Lean que una adaptación de Dickens.
Por último, la visita final de Oliver acompañado de Mr.Brownlow a Fagin en la prisión, en vísperas de su ejecución, sí que está extraída de Dickens (en este caso es Lean quien prescinde de esa parte), aunque Polanski le otorga a la conversación entre el perista y el muchacho un tono de reconocimiento hacía el judío que en Dickens no es tal (más bien, se le muestra como un hombre enloquecido ante las puertas de la muerte). Quizá Polanski quiso salvar en parte la imagen de Fagin (del que nunca se dice que sea judío en la película, tampoco en la de Lean), que en el texto dickensiano es descrito de manera bastante cruel, que alguien podría considerar como antisemita.
Aunque la novela de Dickens puede resultar algo tediosa en algún momento, con enormes digresiones e historias paralelas que perjudican la narración, es por otro lado un texto extraordinario por su fuerza descriptiva, aunque sin duda cae a menudo en el maniqueísmo extremo. Una vez leída la novela, entiendo más las opciones de Polanski, aunque sigo creyendo que por una vez no las supo traducir en unas imágenes atractivas. Me parece que hay más Polanski en los detalles de la adaptación argumental que en la dirección.
Excelentes comentarios de los tres.
Hoy, por fin, he tenido oportunidad de ver la película (entre pariente y pariente ) y espero comentarla mañana aunque la lumbalgia que llevaba anunciándose varios días por fin ha hecho su aparición y estar delante del ordenador es una pequeña (o gran) tortura y más cuando en el trabajo me paso las 7 horas delante de otro.
También adelanto que mi visión de la película es "algo" distinta a la vuestra. No quiero adelantar nada. Espero estar mañana mejor para hacer aunque sea una breve reseña.
En cuanto a Charles Dickens, sin duda uno de los grandes escritores británicos del siglo XIX, sus obras primerizas no son tan redondas como las finales y a veces (muchas) tiene una sobretendencia al sentimentalismo pero también hay que tener en cuenta que las mismas se publicaban primero por entregas por lo que el autor tenía siempre que acabar las mismas dejando al héroe siempre en una situación (harto) difícil.
A mí me gusta más su amigo Wilkie Collins del que recomiendo con entusiasmo LA DAMA DE BLANCO y LA PIEDRA LUNAR.
Seguramente Collins era mejor escritor que Dickens pero este último llegó a conectar con el público de la época como pocos escritores a lo largo de la historia.
Y en cuanto a BASADA EN HECHOS REALES es la única película de Polanski que tengo en BD (la compré recientemente). Y a mí también me encanta Eva Green (un "guilty pleasure", como diría la amiga Olsen ).
Ah, y aunque todo el mundo me acuse (¿no entiendo por qué?) de ser una fordiano de pro, lo cierto es que pocas de sus películas las he reseñado en el "otro rincón". ¿Tal vez por qué las he visto tantas veces que...? No creo porque en breve (es un decir) tengo previsto comentar (antes tengo que (re)visionarla) una (otra) de sus grandes obras maestras. Cierto western con John Wayne de cuyo nombre no quiero acordarme...
Saludos y feliz noche. A ver qué tal las lumbares mañana.
Última edición por Alcaudón; 02/05/2019 a las 01:20
LA VÉNUS À LA FOURRURE (2013, LA VENUS DE LAS PIELES).
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Une coproduction franco-polonaise
R(oman) P(olanski) Productions – Monolith Films
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Emmanuelle Seigner / Vanda
Mathieu Amalric / Thomas
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La película vista esta noche no hace más que confirmarme algo que ya comentaba en la película anteriormente revisada acerca de la necesidad de Polanski de mantenerse notablemente fiel a los textos que le sirven de apoyatura en lugar de hacer una adaptación libre de los mismos. Para ello además el director suele contar con la colaboración de los propios autores. Bien es cierto que Polanski elige (cuando puede y/o le dejan) textos afines a su ideario personal. Al contrario que los grandes autores del período clásico que solían remodelar de cabo a rabo el material del que partían (o más bien que se les entregaba) Polanski no suele hacer grandes modificaciones en el mismo y además por lo que voy observando en sus últimos títulos parece preferir piezas con escaso número de personajes y de escenario único donde mover a gusto la cámara aunque coincido con vosotros en que creo que el formato panorámico 1.85:1 le hubiera ido mejor que el más ancho (y cinematográfico) 2.39:1.
Una película que, no sé por qué, me ha recordado a la última pieza de Joseph L. Mankiewicz, SLEUTH (1972, LA HUELLA), no sólo porque sólo aparezcan dos actores en el escenario (algo, por otra parte, muy común en la dramaturgia) sino por esa relación de dominancia / sumisión de Andrew (Laurence Olivier) sobre Milo (Michael Caine) y donde las tornas también acaban por volverse en contra del (supuesto) dominador.
La elección de Emmanuelle Seigner, una actriz a la que (sinceramente) detesto (aunque reconozco que hay mejorado una enormidad desde sus inicios de la mano de su marido), no me parece la más adecuada para el personaje.
Aunque no me cuesta nada imaginarme a la citada actriz como una dominatriz de manual (la verdad es que no puede haber dos féminas más opuestas en el imaginario del director como la (infaustamente) desaparecida Sharon Tate y su esposa actual) lo cierto es que ni en mis peores pesadillas podría pensar que pudiera encarnar a la mismísima diosa Afrodita, especialmente en su más famosa representación de la mano del maestro Botticelli (y desde luego, la Tate hubiera sido una mujer mejor elección en este último caso por su, a la vez, etereidad y carnalidad pero sin ese punto - puntazo - de vulgaridad que tiene la Seigner).
Y bien es cierto el más que notable parecido entre Mathieu Amalric y el propio director, salvo por la altura (yo diría que Polanski es notablemente más bajo).
Hay un momento en la película, por el final, cuando Thomas se viste de mujer que me ha recordado poderosamente al Trelkovsky de EL QUIMÉRICO INQUILINO.
Tampoco sería descabellado incluir la presente obra dentro del género fantástico, tan caro al director, no sólo por la forma en la que se inicia y finaliza la misma, sino por esas tormentas que rugen en el exterior del teatro (por cierto, ¿es un teatro real?) que parecen acompasarse más a los instantes finales de la trama, todo ello además ayudado por la (estupenda) música de Desplat que le otorga a la vez un carácter entre onírico, romántico/erótico y burlesco que le va muy bien.
Desde luego es difícil de explicar desde un punto de vista empírico que una actriz con tan escasas luces (aunque de físico protuberante – aunque lejos de mis preferencias -) haya sido capaz de aprenderse una obra de cabo a rabo y que la domine mejor que su propio autor (o mejor dicho, adaptador).
Reconozco que está bien conseguida (aunque no sé muy bien de quién es el mérito, si de Polanski o del texto original) esa gradación y basculación en la relación de los personajes y cómo al final parecen asumir sin complejos los roles que estaban (aparentemente) interpretando.
Aquí reconozco que es mi mentalidad la que se superpone a la del cinéfilo (o cinéfago) en que se ha convertido uno. Lo digo porque un romántico empedernido como yo no puede sintonizar en demasía con una historia que no es de amor sino de dolor, de la humillación de uno para el disfrute del otro.
Sí le concedo a Polanski que emplea con sabiduría la cámara en un espacio tan limitado y que sabe acentuar los momentos en los que actúan con un atinado uso de la banda sonora.
Y sí, a la Seigner la veo notablemente suelta pero no creo que dé la talla frente a un excelente Thomas. Pero ya digo que tal vez mi aversión personal por ella nuble mi escaso juicio.
Lo más gracioso es que los intervalos en que interrumpen (especialmente ella) la representación sirve de válvula de escape a la tensión acumulada entre los interlocutores y a veces también de una especie de reinterpretación de la obra en clave actual.
Por que al final, como creo que dice ella en uno (o varios) momentos de la obra, no deja ser más que la visión machista/misógina de un hombre sobre su ideal (¿?) de mujer. Vamos, una novela guarra...
De cualquier forma, una más que notable pieza, con un confuso final todo sea dicho (al menos para mí o es que mis escasas neuronas no dan para más) pero cuya temática me resulta indiferente (o más bien desagradable) pero que el autor logra acercar a sus obras más personales, con esa circularidad que ya mencionáis y es que ya marca de la casa.
Deposito mis últimas esperanzas en la próxima y última (se aceptan addendas) película del director donde, al menos, la Seigner (si al final acabaré por tomarla cariño) mide las fuerzas con mi admirada (y heterodoxamente hermosa) Eva Green.
El viaje se acaba pero lo que importa es la compañía. Os deseo un bonito fin de día.
A ver si las lumbares me dan tregua y puedo seguir sin mayores problemas mis aportaciones a los foros.
Agur.
Última edición por Alcaudón; 03/05/2019 a las 00:11
Por cierto y ya que os ha gustado tanto la película y la interpretación de la Siegner, ¿no diríais que hay una más que evidente conexión con una de sus obras más denostadas (curiosamente no por mí) , LUNAS DE HIEL?
Sí, pero yo lo diría a la inversa. Lunas de hiel tiene mucho de sadomasoquismo, y por tanto se aproxima a la obra de Sacher-Masoch de la que aquí se parte por medio de una obra teatral que la quiere adaptar. Mañana más.
Yo tampoco soy santo de su devoción, pero como ya argumenté en mo comentario, su mejoría la relaciono sobretodo por el cambio de idioma, parece mucho más suelta con el francés, comentario por cierto que alargo vista "Basada en hechos reales", aquí lejos de mostrarnos a una Seigner embutida al cuero, nos muestran casi un patito feo desaliñado lejos de toda connotación sexual, de eso, y por nuestra salvación, ya se encarga Eva Green. Pero como dice Mad Dog, mañana (a día de hoy) o pasado mañana (en mi caso), más.
Precisamente, si has visto los extras de la edición en BD de Basada en hechos reales, donde hay entrevistas (en inglés) con Polanski, Seigner y Green, la actriz francesa se disculpa en un momento dado de que su inglés no es suficientemente bueno y, en general, se la nota incómoda con el idioma de Shakespeare. En cambio, le preguntan a Eva Green si le costó rodar en francés, y comenta que el francés es la lengua de su madre y que le hizo mucha ilusión poder hacer la película en esta lengua, aunque diría que se le nota un acento un tanto peculiar, un poco duro. De hecho, como el mismo Polanski y Emmanuelle Seigner, Eva Green nació en París.
Lo vuelve a hacer en Basada en hechos reales: dos personajes (hay un tercero, pero secundario) y poco más de dos escenarios, y algunos exteriores. Hoy la comento
Pero es que la Venus que nos ocupa no tiene en absoluto ese aire virginal de la de Botticelli. Fíjate en el cuadro de referencia, "La venus con un espejo" de Tiziano, una mujer de formas redondeadas y volúmenes rotundos, que puede trasladarse sin problemas a la Seigner, que me pareció en su día (en los anteriores tres films de Polanski) una actriz muy limitada, pero que con el tiempo ha mejorado muchísimo. Incluso antes de La venus de las pieles, me gustó en Dans la maison, de François Ozon. Eso sí, no es el tipo de físico femenino que me resulta atractivo, pero esa ya es otra historia.
Y el George de Cul-de-sac. Ciertamente, aunque Polanski recurra a una obra de teatro ajena, elige un texto que se ajusta como un guante a sus particulares obsesiones.
Para nada descabellado, al contrario, plenamente insinuado en el film (y supongo que en la obra). Precisamente por eso, se puede entender que Vanda se transforme completamente cuando se convierte en Wanda, hasta llegar a una transformación final en que es Venus/Afrodita. Por eso en mi comentario le ponía un interrogante a lo de "actriz". ¿No es acaso algo más que una actriz el ser que se materializa en ese teatro en noche de tormenta? En todo caso, es una sugerente línea interpretativa.
Yo creo que es mucho más que una "novela guarra", la prueba es la influencia enorme que ha tenido en la historia, no solo de la literatura, la novela de Sacher-Masoch. Plantea unos aspectos de las posibles relaciones humanas (y no solo sexuales, al menos entendido lo sexual como lo genital) muy interesantes. La película lo refleja como un espejo distorsionador, de gran complejidad: tenemos una figura icónica, la de Venus (ejemplarizada por el cuadro de Tiziano), la novela de Sacher-Masoch, la obra teatral de David Ives, que añade otra capa, y finalmente la adaptación a otro lenguaje, el cinematográfico, con el cual todavía se añade otra capa más. O sea, pintura, narración, representación teatral y traducción a imágenes en movimiento. A mí me parece un planteamiento apasionante, en el cual no veo ninguna confusión al final, al contrario, me parece de lo más coherente, otra cosa es la interpretación que se le quiera dar. Respecto a que la temática te resulte indiferente, hay que hacer notar que recoge muchos de los aspectos comunes al conjunto de la obra polanskiana. Incluso en su lectura más superficial, la sadomasoquista, también encaja en el corpus polanskiano. Haylo en El cuchillo en el agua, en Repulsion, en Cul-de-sac, en cierto modo en Rosemary's Baby, clarísimamente en ¿Qué? y en The Tenant, y podemos añadir Lunas de hiel, La muerte y la doncella y puede que incluso Un dios salvaje y, mirando con lupa, alguna más. O sea que si esa temática te resulta indiferente, lo cierto es que de una manera u otra te la has encontrado ya en muchos de sus films (y añádele Basada en hechos reales).
Cierto, los vi, y se atranca en algunas respuestas. Me dio mucha rabia, la Seigner, cuando le preguntan las mejores pelis de Roman y ella responde las dos últimas, o sea las que sale más. En cambio Eva Green responde como una cinéfila (que fácil hubiera sido haber dicho la suya también) : "la semilla del diablo"....no me compró porque la Green siempre me ha tenido comprado (desde "Soñadores"......vaya carta de presentación!!!!). Es como si Sofia Coppola dice que la mejor obra de papi es el "Padrino III", sólo porque sale ella.
Basada en hechos reales (D’après une histoire vraie) (2017)
Si esta hubiera sido la última película de Polanski (afortunadamente, para él y para sus seguidores, no lo es: estamos a la espera del estreno de J’accuse, actualmente en fase de postproducción), seguramente hubiera dado lugar al típico comentario del “testamento del director”, porque se trata de un film muy coherente con toda su filmografía, incluso trata de forma exacerbada uno de sus temas habituales, el de lo evanescente de la identidad. Por eso, de entrada, no entiendo que sea un film poco apreciado e incluso bastante mal tratado por la crítica.
Para la ocasión Polanski parte de la novela del mismo título, “D’après une histoire vraie”, de la escritora francesa Delphine de Vigan, texto que parece esconder diversos elementos autobiográficos (algo también más o menos presente en muchos films del director). Con la ayuda en el guion de Oliver Assayas, Polanski se sumerge en el mundo ambiguo de la obra de De Vigan, y lo hace con notable fidelidad (leí la novela hace unos meses, la primera vez que me enfrento con un libro de esta autora, y me parece que en lo esencial se traslada con acierto al film). Incluso me parece que el planteamiento de Polanski es más radical, por ambiguo, que el de la novelista. En el texto hay elementos que lógicamente son puramente literarios, pero la adaptación respeta el tono, que es lo esencial.
Delphine (Emmanuelle Seigner) es una escritora que acaba de publicar un libro de gran éxito sobre su familia, centrado especialmente en su madre (lo que coincide con la realidad de De Vigan: antes de esta novela había publicado “Rien ne s'oppose à la nuit”, sobre la enfermedad de su madre). Pero tras ese reconocimiento por parte del público y crítica, se encuentra en un período de crisis creativa: le horroriza la página en blanco de su ordenador. Para ayudarla surge una misteriosa mujer, que responde al nombre de Elle (la enigmática Eva Green), y que poco a poco va a ir introduciéndose más y más en su vida. Primero es una de las personas que le piden la dedicatoria del libro, luego se la encuentra en una fiesta y comparten unas copas de vodka. Más tarde, Elle la llama por teléfono y quedan para tomar un café. Elle le contará que es una escritora invisible, “un negro” (creo que no se puede utilizar la forma femenina en castellano), una ghost writer, como el protagonista de El escritor (del que recordemos no sabíamos el nombre en ningún momento).
Van a ir intimando: Elle la invita a su fiesta de cumpleaños, pero Delphine resulta ser la única invitada.
Esa extraña nueva amiga se va a hacer cargo de buena parte de sus necesidades, hasta el punto de instalarse en su casa y tomar bajo control su cuenta de correo electrónico y responder a amigos, editores, críticos e incluso hacerse pasar por ella en una conferencia que ha de dar en un instituto.
Elle es una mujer elegante, sofisticada, fuerte, decidida (por cierto, que fuma), dura en sus juicios, incluso violenta (la forma como destroza una trituradora, que tiene una réplica onírica cuando le rompe a Delphine su móvil y la pierna enyesada) mientras que Delphine parece un tanto perdida, desorientada, cansada (el aspecto físico de Seigner resulta muy convincente).
[Por cierto, abro un breve paréntesis. En esa escena del sueño en que Elle le rompe la pierna, el personaje de Green vista una camiseta con los símbolos del último disco de David Bowie, “Blackstar”.
Como este es un disco que arrastra una notable carga simbólica y sobre el que se han escrito todo tipo de interpretaciones esotéricas, me gustaría saber el porqué de la elección.]
Una discusión sobre uno de esos correos usurpados, enviados sin su permiso, las distanciará durante un breve período, pero una caída accidental de Delphine, que le provoca una fractura en la rodilla, la va a dejar de nuevo en manos de Elle (algo que puede recordar Lunas de hiel). Deciden dejar el piso de París e instalarse en la casa de campo que comparte ocasionalmente con su compañero, François (Vincent Perez), un crítico literario de viaje por Estados Unidos, con el que mantiene una relación amorosa, pero con el que no comparte el día a día.
Encerradas en la casa de campo, en un nuevo ejercicio claustrofóbico, al que Polanski nos tiene ya acostumbrados, el film va derivando hacia lo que casi se puede calificar de film de terror, especialmente cuando Elle descubre que Delphine está tomando notas sobre su vida, bastante truculenta, buen material para una novela (su marido se suicidó disparándose un tiro en la cabeza; también se mató su madre cuando ella tenía 4 años; su padre era un tipo violento -¿la llegó a violar?- que murió en un incendio provocado... ¿por ella? Ese padre nos puede hacer pensar en la foto de familia de Carole en Repulsion, que parecía encerrar una trágica historia de violencia). ¿Intenta Elle envenenarla? Ella así lo cree, deshaciéndose del caldo que le prepara (como hacía Rosemary con las pastillas). El crescendo de tensión finalizará con Delphine intentando huir con muletas y semidesnuda bajo la lluvia por la carretera y estando a punto de morir atropellada.
Spoiler:
Así, una vez más de forma circular, si el film empezaba en una sesión de firma de libros, acaba de igual modo, con Delphine firmando su nuevo libro, titulado, claro está, “D’après une histoire vraie”.
En la novela se hace evidente que la historia que se va narrando es ese libro que quiere escribir y parece no poder Delphine. En el film, con otros recursos lingüísticos, estamos ante algo similar.
Para mí ha sido el segundo visionado y me ha gustado mucho más que la primera vez, hasta el punto de empezar a considerarla una de sus grandes películas. Si no fuera por todos esos elementos tan reconocibles propios del cine de Polanski, diría que el film me recuerdo un poco esos personajes misteriosos, de clase burguesa, de algunas películas de Claude Chabrol (director que, para mí, también dio lo mejor de sí en sus últimos años).
Creo que, en definitiva, ese Polanski decididamente francés, aquí tanto por la lengua como por la obra que adapta, se muestra enormemente cómodo con sus últimos proyectos. Sin rebajar un ápice su perfeccionismo formal, con la colaboración ya más que habitual de Pawel Edelman tras la cámara, y de Alexandre Desplat, autor de una magnífica banda sonora, veo a Polanski no solo en plena forma a sus más de 80 años (83 cuando la llevó a Cannes), sino incluso en una época dorada, de gran madurez, si es que a estas alturas puede todavía madurar más. Una gran película que me hace esperar con ansia su último proyecto, nada menos que sobre un tema tan francés como el caso Dreyfus.
Y con Basada en hechos reales llegamos al final del camino...por ahora. Me lo he pasado muy bien revisando la obra de Polanski, y es curioso pero no solo no me ha parecido que se debilitará su obra con los años, sino que, salvo Oliver Twist, creo que todo lo que ha rodado dentro de este siglo XXI, o sea des de El pianista, está a un nivel altísimo. Por lo tanto espero que este no sea, afortunadamente, un punto final sino un punto y seguido hasta el estreno de J’accuse... y de muchas más.
Cuando hayáis publicado vuestros comentarios tocará pasar el cuestionario Fletcher. Luego, algunos ya empezamos a salivar con Hitchcock... y con Weir.