Enorme contribución la de Dick Smith al maquillaje cinematográfico, en especial en caracterizaciones de envejecimiento, donde creó innovadoras técnicas para intervenir partes independientes del rostro de un actor en vez de las tradicionales máscaras de látex. Los ejemplos son numerosos y los resultados siempre memorables: Jonathan Frid en Dark Shadows, Dustin Hoffman en Pequeño gran hombre, Marlon Brando en El Padrino (prótesis bucal incluido), Max Von Sydow en El Exorcista, Walter Matthaw en La pareja chiflada, David Bowie en [B]El Ansia, F. Murray Abraham en Amadeus (trabajo que le reportó una estatuílla), Mel Gibson en Eternamente joven...
Otros grandes trucajes de Smith vimos en Cowboy de medianoche (la decadencia de Dustin Hoffman como Rizzo es de una fisicidad asombrosa), Taxi Driver (impresionante carnicería final), Marathon Man (la caracterización como villano de la función de Lawrence Olivier), El Cazador(mítica escena de la ruleta rusa), Viaje alucinante al fondo de la mente (convirtiendo a William Hurt en un ser informe), Scanners (antológica voladura de cabeza codo a codo con Chris Walas), La centinela, Historia macabra, Starman (la transformación de Jeff Bridges en trabajo conjunto con su discípulo Rick Baker)... Maestro de maestros.
Nos deja un puñado de trabajos referentes en su campo y es claro ejemplo de trabajo y constancia para innovar con todo tipo de materiales y técnicas ofreciendo resultados revolucionarios. DEP.