La reciente
La señorita Julia (2014), de Liv Ullmann, merece aparecer en este hilo por varias razones. Una, más que evidente, es que su realizadora fue protagonista destacada de numerosos films del sueco y, además, le recogió el testigo a la hora de filmar un par de sus guiones con fuerte carga autobiográfica:
Infiel y
Encuentros privados, que ya comentamos hace un tiempo, por no añadir que estuvo vinculada afectivamente durante varios años a Bergman (es la madre de una de sus hijas). Pero es que además la película es la adaptación cinematográfica de una de las más famosas obras de August Strindberg, dramaturgo sueco que como se sabe fue autor teatral de cabecera de Bergman. De hecho, se suele citar el montaje bergmaniano de esta obra en el Dramaten de Estocolmo el 1985, con Marie Göranzon como Julie, como uno de sus espectáculos más prestigiosos. Luego, al parecer el mismo montaje se reestreno el 1991 con Lena Olin.
Ullmann ha adaptado la obra con un curioso cambio espacial: mientras que Strindberg sitúa la acción en una mansión rural sueca, el guion de Ullmann la desplaza a Irlanda del Norte por razones que sólo puedo entender como debidas a los condicionantes de producción, en especial el rodaje en inglés (los intérpretes son Jessica Chastain, norteamericana; Colin Farrell, irlandés; y Samantha Norton, inglesa). Se comenta en los extras de la edición en DVD que se trabajó en especial el acento de Colin Farrell, ya que a pesar de ser irlandés, su acento inglés es demasiado suave, y se quería reproducir el propio de Irlanda del Norte, al parecer más duro. En todo caso, este es un argumento a favor de ver la versión original (por si hiciera falta aún añadir argumentos en favor de las VO).
Ullmann entrega una adaptación bastante fiel del texto, aunque añade un breve prólogo en que vemos a una Julie niña paseando por la casa y los alrededores. El resto del film se ciñe a la obra teatral, con algunas diferencias que, en general, tienden a explicitar en imágenes lo que en el texto se intuye:
Se explicita la virginidad perdida de Julie, con profusión de sangre (este detalle no está ni tan solo insinuado en la obra); se escenifica el contacto sexual con el criado interpretado por Farrell, algo que pasa fuera del escenario en Strindberg; y se recrea el suicidio final, que tampoco forma parte de manera explícita del texto: la obra finaliza con la salida del escenario de Julie… probablemente rumbo al suicidio, pero en todo caso no se visualiza.
Al igual que pasaba con las adaptaciones de los dos guiones de Bergman ya comentadas, Ullmann realiza un film muy pulido, sobrio, pero quizá un tanto académico, donde todo se fía a la interpretación de los tres actores. Hay un buen trabajo de ambientación y una excelente fotografía, obra del ruso Mikhail Krichman, habitual de Andrey Zvyagintsev (por ejemplo, firmó la fotografía de la excelente
El regreso).
La banda sonora recurre a compositores clásicos, de Bach a Chopin pasando por Schumann, pero con un énfasis especial en Schubert (que era la figura central en
En presencia de un payaso, que comentamos hace unos días), particularmente el segundo movimiento del trio para piano y cuerda, opus 100, que también uso significativamente Stanley Kubrick en su
Barry Lyndon.
En general, una buena adaptación, que hará las delicias de los seguidores de Jessica Chastain, que son legión (en la cual no me cuento), pero que a mi modo de ver carece de un tratamiento más cortante, que deje las aristas de la obra de Strindberg más vivas. Da la impresión que Ullmann pretende conseguirlo a base de mostrar lo que la obra sólo insinúa o sitúa fuera de escena, todo y que habrá que convenir que difícilmente Strindberg hubiera podido situar en escena en su día algunos de los elementos que aparecen en el film.