Interesantes comentaris, MIK y Jane. Abundo en dos o tres cosas: sobre Jof y la chica "muda", cierto que no interactúan (de hecho, la chica no interactúa prácticamente con nadie), pero sí comparten ese momento de paz, de carácter casi sagrado (o sin el casi) en que se reparten la leche y las fresas (inserté una imagen de ese momento en mi comentario).
Sobre las posibles influencias en Lynch, yo creo que sirven para desmentir esa imagen que el propio Lynch ha querido expresar de que no es un gran conocedor del cine, que no es un cinéfilo. Yo creo que no lo es en el sentido en que lo es Scorsese, pero es alguien que sin duda ha visto , y con mucha atención, algunos autores clave de la historia del cine, como Bergman sin ir más lejos (y Fellini o Hitchcock).
Sobre ese paralelismo que Jane establece entre los cruzados y el regreso de los soldados de Vietnam, cierto es que la II Guerra Mundial estaba muy próxima, pero también la de Corea, y en definitiva la Guerra Fría, algo que tuvo aterrorizado al mundo durante los 50, 60, 70 y buena parte de los 80. Bergman era muy consciente de ese conflicto (lo expresa claramente en sus libros de memorias) y lo refleja en ocasiones en sus personajes (por ejemplo, ese traumatizado personaje que encarna Max von Sydow en Los comulgantes). De todas maneras, yo no diría que al caballero Blok todo le da igual, más bien es que se siente desubicado, sin norte, que su vida se ha quedado sin sentido, sin tener respuestas a sus cada vez más acuciantes preguntas. En cambio, el escudero (cierto que esa pareja, cómo no, recuerda en ocasiones a Don Quijote y a Sancho Panza), que tampoco tiene respuestas, acepta vivir sin ellas, se rebela ante la falta de sentido de la vida, pero sin acudir a falsas promesas, a "paños calientes", que podría decir el bueno de Sancho. De ahí esa frase final, que me parece extraordinaria, de aceptar el silencio, pero sin renunciar a la protesta.
Y sobre Karin (a la cual ciertamente no ha conocido Jof), me recuerda la mujer del protagonista de Cuentos de la luna pálida, cuyo fantasma lo recibe al final de la película. Vale la pena recorda que es el personaje que lee los versículos del libro del Apocalipsis durante esa última cena (tan diferente a esa otra "cena" con los cómicos, la del reparto de la leche y las fresas).
En fin, inacabables los comentarios. Y eso que casi no hemos entrado en los aspectos más visuales. Me ratifico en alabar el trabajo de Gunnar Fischer, un director que merecería el reconocimiento general que tienen otras grandes directores de fotografía.