Vamos a seguir con las analogías entre freaks. Masonia dice que es lógico que el Pingüino odiara a la gente y quisiera vengarse del mundo por lo que le habían hecho sus padres, y que le da mucha lástima. El caso de Erik, el Fantasma de la Ópera, es un poco el mismo. Pero, en mi opinón, más odio contra el mundo y deseos de vengarse de la humanidad que Erik o el Pingüino podría tener Gwynplaine, el freak protagonista de El hombre que ríe al que he mencionado ya. No me salgo en realidad mucho del tema del hilo, ya que Gwynplaine, tal y como lo interpretó el gran actor alemán Conrad Veidt en la película de Paul Leni, es una de las reconocidas inspiraciones del Joker o el Guasón.
Pues bien, a diferencia de Erik o del Pingüino, Gwynplaine no nació con esta pinta, sino con una apariencia normal. No fue un capricho de la naturaleza, sino la mano del hombre lo que lo convirtío en un fenómeno. Sí, así de cruel es la historia. Le robaron su niñez -porque la barbaridad que le hicieron para que se le quedara este aspecto se la hacen con... dos años- y le hicieron pagar por crímenes que él no había cometido, durante toda su vida ¿Y qué hace Gwynplaine? ¿Trama planes de venganza? ¿Quiere matar a todos los primogénitos de Londres? Simplemente, acaba por asumir su condición de freak, sabiendo que el que él muestre su extraña mueca en los escenarios, le permitirá ganar más dinero, lo que supondrá que su amada Dea podrá comer carne tres veces al día, y hasta acaba prefieriendo vivir en el circo, con los freaks y los payasos, que son sus amigos, que hacerlo con la gente "normal", que se ríe de él, y que demuestra una crueldad y una hipocresía estremecedoras a lo largo de la historia: ellos son los verdaderos monstruos. Estamos hablando de un tipo que ha sufrido orfandad, esclavitud infantil, torturas, abusos y todo lo que os podaís imaginar. Con más razón que el Pingüino podría él haberse convertido en un tipo amargado y vengativo que odiase a todo el mundo, y sin embargo, no es así. Durante toda la historia te lo representan como alguien sensible y bondadoso, que se preocupa por sus amigos -quizá por ello, porque tiene amigos (que, ojo, son gente del circo, como él, no gente "normal") que le quieren, no acaba convertido en un criminal antisocial y resentido-. Lo que quiero decir es que lo que le pasa al Pingüino, en mi opinión, no justifica lo que hace después: sobre todo, porque las maldades y planes de venganza que trama luego, acaban por enajenarle la simpatía que pudiera despertar en el espectador. Bien podría haber acabado como Gwynplaine, asumiendo que era un freak y simplemente sin querer saber nada de la sociedad de la gente normal, que no lo ha tratado demasiado bien. Pero no, a diferencia de él, es un verdero monstruo.