No pasa nada

. Es que yo creo que hay que ser justos, y ver en qué acierta el amigo Tim (y el amigo Christopher) y en qué no.
Si te das cuenta, en Batman vuelve tiran un poco de la misma fórmula, pero como es la segunda parte, multiplicada por dos. En vez de un malo, tenemos tres, en vez de dos freaks, tenemos tres. Tanto Catwoman como el Pingüino como Schreck son también producto de la fallida y enrarecida sociedad de Gotham, sólo que uno de ellos, Schreck, está claramente del lado de los que pueden haber hecho que esa sociedad haya fracasado. Parecía un poco que se les acababan las ideas, y tiraron de la misma fórmula, y que Burton se empezó a dejar llevar por su ya habitual autocomplacencia. De hecho, la película se tendría que haber titulado Los tres freaks de Gotham. Quizá Burton debió haber desarrollado algo más a Batman/Bruce Wayne en esta película y en la precedente, porque verdaderamente es un personaje del que sabemos muy poco y no se nos explica casi nada. Sabemos de sus emociones -y esto es algo que nos hace empatizar con él, porque de otro modo este Batman sería probablemente un personaje bastante antipático-, del mundo en que se desenvuelve, pero no de su historia y prácticamente tampoco personalidad. Aunque ello hubiera supuesto despojar algo al personaje de su aureola casi sobrenatural. Una pena que no llegara a hacer Forever, donde tal vez nos hubiera contado algo de la verdadera personalidad y el pasado de Bruce, cómo decidió convertirse en Batman, adquirir las armas... Algo de éso queda en la escena de la cueva y cuando habla con Robin e intenta disuadirle de que se vengue.
Verdaderamente, Nolan presenta un Batman muy distinto. Alguien muy traumatizado, pero con unas emociones normales, inteligente, con mucha fuerza de voluntad, autodisciplina, valores y un profundo humanismo. Alguien que decide convertirse en Batman no por venganza, sino por echar una mano a la sociedad y a su ciudad, que ha conocido tiempos mejores. Lo hace en honor de su padre, que también fue un buen hombre, no para vengarlo. No es que el Batman de Burton no tenga esas cualidades (inteligencia, autodisciplina, valor...): es que más bien es alguien siempre al borde de un ataque de nervios, y que ha puesto esas cualidades al servicio de una venganza. Esto es muy patente en la película de Burton cuando se decide ligar la muerte de los padres de Bruce al criminal al que se enfrenta, Jack Napier/Joker. Da la impresión de que, en gran medida, se lo toma como algo personal, aunque también le veamos hacer justicia desinteresadamente (la escena inicial en que detiene a dos atracadores, que sin embargo, presenta una situación muy similar a la que él vivió de niño años atrás y que hizo que quedara traumatizado para siempre). De todas formas, el Batman de Nolan parece que siempre tiene un sentido de la mesura, mientras que el de Burton muchas veces raya en la crueldad. Las de Nolan son películas más racionales, más cerebrales, mientras que en las de Burton prima sobre todo la sensación y la emoción.