Tema: Revisando la filmografía de la Hammer Film Productions (1948-1978)

Dracula 1958

La obra maestra de Terence Fisher sin duda alguna, ya solo los primeros compases de los títulos de créditos con esa impresionante águila detrás del título de “Drácula” y esa música tan brutal de James Bernad, te avisa de que vas a ver algo emocionante y terrorífico.

Me gusta toda la introducción con Johnathan Harker hasta su triste y lógico final, la chica vampiro (Valerie Gaunt, la criada de “La maldición de Frankenstein”) que sale en el castillo me parece muy sensual y sus escenas son muy impactantes, sobre todo la presentación de sus piés cuando Johanathan recoge la bandeja que ha caído de la mesa sin querer, hasta su cara, en plan dominante ella y sumiso él, es un movimiento de cámara de gran belleza.



Por cierto, también soy de la opinión de que esta película, al igual que en Psicosis, rompe de alguna manera los esquemas, al matar al protagonista a los veinte minutos y dejarte a cuadros; me acuerdo la primera vez que la vi que me ocurrió eso, no me lo esperaba, igual que después de la escena de la ducha de Janet Leigh... me pregunté: ¿y ahora que pasará?.

Además pienso que para la época tanta sangre y violencia habrían sido demasiado para ese público novato... a mi me parece incluso mas fuerte que Psicosis, además se ve todo en color, que parece mas real, en blanco y negro da mas el pego.
Si nos fijamos durante toda la película, el color rojo es el predominante, no solo por la sangre, alimento del vampiro que ya en los títulos de créditos se palpan, sino que toda la película está decorada y ambientada con esos tonos:

Ya sea las cortinas del castillo, las alfombras, los tapices, el diario de Johnathan… luego mas tarde la chaqueta y el chaleco de Van Helsing, las sillas, tapizadas en rojo y también en blanco con rayas rojas, también me percaté hasta de una lata de pintura roja en el almacén donde están los ataúdes y también el cojín donde se hace la transfusión de sangre a los Holmwood… todo vira hacia ese color…

Ejemplos:






Nuevamente en Fisher, la acción y la trama avanzan a grandes zancadas, todo muy rápido, sin apenas tiempo de digerir una escena, cuando te avanza otra igualmente memorable.


Peter Cushing es el contrapunto ideal de Christopher Lee, solo lamento que aquí no tuvieran un buen diálogo entre ellos, aunque luego se vería en bastantes mas películas, creo que la confrontación entre Van Helsing y Dracula sabe a poco.

El habitual pérfido y antipático de Michael Gough aquí hace de “bueno”, o mas bien de víctima del vampiro… en cuanto a que pierde a su hermana y casi a su esposa, por culpa de los caprichosos paladares de Dracula.

También veo muy acertado mostrarnos tres papeles femeninos con tres diferentes tipos de mujer, no hay posibilidad de equivocarse, cada una tiene unos rasgos muy diferenciados:

La novia de Drácula en el castillo: morena y sensual; la prometida de Johnathan, una jovencita de trenzas castañas y la esposa de Arthur Holmwood, señorial y rubia… eso sí, las tres tienen unos impresionantes ojos azules…

Como todo no va a ser terror y horror, hay un par de momentos de comedia como por ejemplo al pasar el puesto fronterizo o el almacén con los ataúdes.

Otra cosa curiosa que me sorprendió es como no hay barandilla en la escalera y en el piso de arriba, en la galeria del castillo de Drácula, menudo peligro para el servicio:




Como digo la película pasa en un suspiro, y si el comienzo es espectacular, directo al meollo, el desenlace es memorable, la clásica pelea entre los dos antagonistas es perfecta… siempre me gustó ver esos planos del cadáver de Dracula y como se va transformándose/descomponiéndose en cenizas… hasta no quedar nada más que polvo y su anillo.

Si en LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN el escudo de la familia era un buitre en DRÁCULA es un águila, dos aves que simbolizan perfectamente el carácter de cada uno de los protagonistas.

Excelente apunte sobre el color, un tema que siempre me ha atraído de las películas no monocromáticas.

A mí también me pareció curioso la falta de barandillas, un excelente recurso escénico para dar más espacio a los personajes.

Iniciado por Alcaudón

Si en LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN el escudo de la familia era un buitre en DRÁCULA es un águila, dos aves que simbolizan perfectamente el carácter de cada uno de los protagonistas.

Excelente apunte sobre el color, un tema que siempre me ha atraído de las películas no monocromáticas.

A mí también me pareció curioso la falta de barandillas, un excelente recurso escénico para dar más espacio a los personajes.

Siii, parece que se adelantó a su época, además si te fijas, ese castillo no es polvoriento ni lúgubre sino todo lo contrario, está limpio, impecablemente ordenado, con mucha ornamentación, vamos que no da nada de miedo, sólo lo hace su dueño...

Efectivamente, ya lo comentaba yo en mi reseña:

Bernard Robinson edificó un castillo en las antípodas en el que moraba el Conde encarnado por el gran Bela Lugosi. Un lugar bello y acogedor, de líneas elegantes que contrasta vivamente con la imagen clásica imperante hasta entonces.

Por cierto, a ver si más compañeros se animan a comentar ésta magnífica película del gran Terence Fisher.

La siguiente, será la igualmente ejemplar THE REVENGE OF FRANKENSTEIN (1958), tal vez la mejor entrega de las cinco que el director dedicó al doctor (y no a la Criatura, como acontecía en la Universal).

Saludos! antes de bajar a la playa dejo mi review



Fisher revolucionó el género con su adaptación.

Sintetizó la trama con cambios que siguen recordando la novela peero con certeras novedadades. Adelantándose a pelis como PSICOSIS se liquida a Jonathan Harker,que acude al castillo como bibliotecario. Gracias al diario que escribe (en off) sabemos que está dispuesto a acabar con la trayectoria de horror del conde.

Así se elimina lo que otras pelis contaban de Harker.Fisher propone un nuevo suspense.Sabemos que Harker corre peligro con su llegada y nos mantenemos expectantes a que el conde se percate de la trampa. Fisher deja claras sus intenciones en ese primer plano imponente con la música de James Bernard, y esas gotas de sangre cayendo sobre el ataúd.Harker es seducido por la mujer que tiene prisionera Drácula y que es una vampira,la sexualidad hace acto de presencia en la historia.

El cine de vampiros actual parte en gran medida del trabajo de Fisher.Por primera vez asoman los colmillos como señal de deseo sexual del conde y sus víctimas.Mina y Lucy (Melissa Stribling y Carol Marsh) son presentadas deseosas de que el conde les hinque el diente. Éste posee elegancia aristócrata pero cuando va a atacar es una bestia de mirada inyectada en sangre.

La presencia de Christopher Lee es todopoderosa.No es el prota aunque todo suceda alrededor de él,apenas tiene diálogo... pero sus contadas apariciones tienen un efecto terrorífico magistral.En el castillo bajando las escaleras,en la habitación de Lucy cuando ésta abre en la terraza para dejarle pasar..cuando Mina espera ansiosa que suba a su dormitorio.

Peter Cushing es el mejor Van Helsing cinematográfico con la relevancia que no había tenido en otras versiones.Su duelo final con Lee es de una acción y tensión que Fisher filma extraordinariamente. El realizador muestra su ingenio en la puesta en escena...sin olvidar la fotografía de Jack Asher.

Fisher siguió filmando pelis de vampiros con Peter Cushing.Christopher Lee volvería ocho años después con Drácula, príncipe de las tinieblas también a las órdenes de Fisher,creándose una saga del personaje que fue decayendo... aunque despues de estas pelis tenemos otros títulos a destacar sin lugar a dudas.

Fisher abrió caminos en lo vampírico y dejó una obra maestra precisa y siempre apetecible a una nueva revisión.

10/10

Oh, hannaben... Le das un 10. Estamos completamente de acuerdo. 😊

Icónica intro con los títulos de crédito con la mítica águila o lo que fuera, me acuerdo el pequeño cague y fascinación la primera vez que vi dicha intro, es más en mis largos paseos por Basilea, donde hay montones de iglesias, espectaculares arquitectónicamente hablando, siempre estoy en busca de gárgolas, águilas y semejantes, eso si, no suelo entrar.

Creo recordar que es el primer Drácula con carga sexual importante, a parte de dotar visulamente, por fin, a un Drácula muy salvaje, con esos colmillos aterradores y esos ojos inyectados de ira y la sustancia que fuera. Está claro que Christopher Lee necesitó unos braquets en la parte inferior, ya que como Drácula, no se cuidaba mucho los dientes, y esa rasgo siempre me ha llamado la atención, no es un crítica negativa.



La primera parte es excelsa, la de Harker en el castillo, un ritmo y tensión irrespirable, el momento donde queda encerrado me crea una sensación de terror difícil de explicar, quedarse encerrado en una habitación en el castillo de Drácula....uffffff. Creo que es una adaptación bastante libre no? hace ya como unos 20 años que la leí, y me suena que los papeles de Mina y Lucy, aquí están invertidos, o quizá me confunde con el, fustigado injustamente Drácula de Coppola.

Con semejante intro es fácil mantenerte durante todo el film, disfrutarlo y gozarlo, aunque hay algunas licencias que no me complacen mucho, como es toque de humor con el aduanero, cuando se cargan la barrera, eso me sobra, me produce un anticlimax no muy de mi gusto.

La escena de Lucy - o es Mina, ya me estoy haciendo la lio una picha- con la niña, también me parece altamente terrorífica. Y el final un duelo que a ojos de hoy puede parecer pobre, pero a mi esta simplicidad y tosquedad en un duelo que parece más una disputa de solteros contra casados, es de mi agrado; aunque no entiendo de que huye Drácula en dicho enfrentamiento, no tiene porque huir, es superior en fuerza de sobra. Y ese final, es mítico, me dejó planchado en su día y ahora también, aunque eso de coger dos objetos y ponerlos en forma de cruz, nunca me ha gustado como recurso, entiendo que para combatir a los vampiros la cruz tendría que estar homologada, así cualquiera.



Una de las mejores de la Hammer, sino la mejor y un film referencial de género y para mi del cine en general, un Drácula salvaje, salvaje por fornicar y alimentarse, dentro de una atmósfera muy malsana, chappeau -se escribe así?- para el apartado musical y de Fotografía.

Disfrutada en una excelente edición en BD alemana, audio ingles, subt en alemán, suficiente para mi, y con calidad de imagen muy buena, además tiene la versión estrenada en los cines, y la restaurada, esta última dura un minuto más.

Buen domingo tengan.

Pues no he tenido pesadillas con esta escena.

Iniciado por Alex Fletcher

Icónica intro con los títulos de crédito con la mítica águila o lo que fuera, me acuerdo el pequeño cague y fascinación la primera vez que vi dicha intro, es más en mis largos paseos por Basilea, donde hay montones de iglesias, espectaculares arquitectónicamente hablando, siempre estoy en busca de gárgolas, águilas y semejantes, eso si, no suelo entrar.

Creo recordar que es el primer Drácula con carga sexual importante, a parte de dotar visulamente, por fin, a un Drácula muy salvaje, con esos colmillos aterradores y esos ojos inyectados de ira y la sustancia que fuera. Está claro que Christopher Lee necesitó unos braquets en la parte inferior, ya que como Drácula, no se cuidaba mucho los dientes, y esa rasgo siempre me ha llamado la atención, no es un crítica negativa.



La primera parte es excelsa, la de Harker en el castillo, un ritmo y tensión irrespirable, el momento donde queda encerrado me crea una sensación de terror difícil de explicar, quedarse encerrado en una habitación en el castillo de Drácula....uffffff. Creo que es una adaptación bastante libre no? hace ya como unos 20 años que la leí, y me suena que los papeles de Mina y Lucy, aquí están invertidos, o quizá me confunde con el, fustigado injustamente Drácula de Coppola.

Con semejante intro es fácil mantenerte durante todo el film, disfrutarlo y gozarlo, aunque hay algunas licencias que no me complacen mucho, como es toque de humor con el aduanero, cuando se cargan la barrera, eso me sobra, me produce un anticlimax no muy de mi gusto.

La escena de Lucy - o es Mina, ya me estoy haciendo la lio una picha- con la niña, también me parece altamente terrorífica. Y el final un duelo que a ojos de hoy puede parecer pobre, pero a mi esta simplicidad y tosquedad en un duelo que parece más una disputa de solteros contra casados, es de mi agrado; aunque no entiendo de que huye Drácula en dicho enfrentamiento, no tiene porque huir, es superior en fuerza de sobra. Y ese final, es mítico, me dejó planchado en su día y ahora también, aunque eso de coger dos objetos y ponerlos en forma de cruz, nunca me ha gustado como recurso, entiendo que para combatir a los vampiros la cruz tendría que estar homologada, así cualquiera.



Una de las mejores de la Hammer, sino la mejor y un film referencial de género y para mi del cine en general, un Drácula salvaje, salvaje por fornicar y alimentarse, dentro de una atmósfera muy malsana, chappeau -se escribe así?- para el apartado musical y de Fotografía.

Disfrutada en una excelente edición en BD alemana, audio ingles, subt en alemán, suficiente para mi, y con calidad de imagen muy buena, además tiene la versión estrenada en los cines, y la restaurada, esta última dura un minuto más.

Buen domingo tengan.

Pues no he tenido pesadillas con esta escena.

Apuntes a vuelapluma sobre tu estupendo comentario:

- Si el buitre era el símbolo de la familia Frankenstein (un ave carroñera), como podíamos observar en la figura que corona el panteón, en el caso de Drácula es el águila (un ave de presa).



- LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN (1957) -



- DRÁCULA (1958) -

- La famosa imagen del Conde con los ojos inyectados de sangre y enseñando los colmillos chorreantes...

... de sangre no es la correcta, como se puede comprobar por la captura de pantalla que acompaña a mi comentario. Drácula mira a la izquierda (como cuando se presenta el personaje ante Jonathan Harker) y no hacia la derecha.

Una imagen, por cierto, que seguro que haría escoderse debajo de las butacas a buena parte de los espectadores de la época porque hoy en día todavía me sigue pareciendo escalofriante...

- En cuanto a la simplificación o alteración de los personajes de la novela ya lo apuntaba yo en mi comentario.

Esa labor conjunta Sangster / Fisher y que tan buenos frutos daría en sus siguientes colaboraciones, permitiría que pese a eliminar a numerosos personajes importantes de la historia (desaparecen así Quincey P. Morris, uno de los pretendientes de Lucy (Westenra, no Holmwood) o Renfield), reconvertir otros (Mina Harker pasa a ser Mina Holmwood y la citada Lucy se convierte en hermana de Arthur (Holmwood)), reducirlos a la mínima expresión (el doctor Seward) o alterar drásticamente sus motivaciones (Jonathan Harker) es con toda seguridad la más fiel de todas las adaptaciones que de la novela se han llevado a cabo junto, por supuesto, a la canónica de F(riedrich) W(ilhem) Murnau, NOSFERATU (1922).

- Esa imagen final debería haber correspondido a la continuación de DRÁCULA, aunque ya sabemos todos que LAS NOVIAS DE DRÁCULA no lo es...

... pese al título.

Tengo entendido que no hubo segunda parte de "Dracula" porque Christopher Lee se negó hacerla, pero en espíritu a mi me vale con "Las novias de Dracula", sobre todo porque el magnífico Peter Cushing continua con su personaje de Van Helsing, parece que ha dado un salto entre una película y otra.

Por cierto, me confieso, pero a mi no me hizo mucha gracia la novela de Bram Stoker, me resultó algo pesada al leerla con tanta carta, no sé, prefiero cualquier película, y me dan igual si son fieles a esta novela o no.

Lo que sí tengo claro es que esta versión de Fisher es mi favorita, por encima del "Dracula" de Tod Browning, la de John Badham, la de Francis Ford Coppola y la mas reciente "Dracula untold" de Gary Shore.

Cierto, me sorprendió mucho Brides of Dracula. El concepto de la mujer sexy vampiro con esa inocencia sexy, ligera de ropa, para que después sacar los colmillos, es el sueño de terror mas recurrente que tengo, uno espera carne y acaba siendo carnaza.

Iniciado por cinefilototal

Tengo entendido que no hubo segunda parte de "Dracula" porque Christopher Lee se negó hacerla, pero en espíritu a mi me vale con "Las novias de Dracula", sobre todo porque el magnífico Peter Cushing continua con su personaje de Van Helsing, parece que ha dado un salto entre una película y otra.

Por cierto, me confieso, pero a mi no me hizo mucha gracia la novela de Bram Stoker, me resultó algo pesada al leerla con tanta carta, no sé, prefiero cualquier película, y me dan igual si son fieles a esta novela o no.

Lo que sí tengo claro es que esta versión de Fisher es mi favorita, por encima del "Dracula" de Tod Browning, la de John Badham, la de Francis Ford Coppola y la mas reciente "Dracula untold" de Gary Shore.

Dracula untold es un chiste de mal gusto. Me falta ver la de Badham, eternamente recomendada por la tambien eterna Jane Olsen.

Me acuerdo también que vi de pequeño una version con Jack Palance como Dracula, pero no me acuerdo.

Os habéis olvidado del NOSFERATU de Murnau...

Un guiño a la querida y añorada amiga Jane Olsen.

Iniciado por Alex Fletcher

Dracula untold es un chiste de mal gusto. Me falta ver la de Badham, eternamente recomendada por la tambien eterna Jane Olsen.

Me acuerdo también que vi de pequeño una version con Jack Palance como Dracula, pero no me acuerdo.

A mi "Dracula untold" me gustó porque es algo mas original que la media, aunque nada tenga que ver con la novela original, y vamos, para ser "moderna"... como suelo decir, me sorprendió para bien... ya sabéis que tengo unos gustos muy particulares, siempre voy a contracorriente del resto...

Esa versión de Jack Palance la tengo pendiente, aunque creo que es para televisión.

Iniciado por Alcaudón

Os habéis olvidado del NOSFERATU de Murnau...

Un guiño a la querida y añorada amiga Jane Olsen.

No la he olvidado, lo que pasa es que no la he visto nunca...

Un Huevo de Pascua:

Spoiler:

La imagen corresponde a mi dormitorio, presidido, como podéis ver, por el póster de la película hoy comentada. Por cierto, la habitación está pintada de verde aunque al estar tomada la foto de noche parece blanca.

¡¡Que maravilla de cuadro, me encanta... , y que elegante se ve en la pared!!...

Es uno de mis carteles favoritos de la película, junto al español, que es muy parecido.

Iniciado por Alcaudón

Un Huevo de Pascua:

Spoiler:

La imagen corresponde a mi dormitorio, presidido, como podéis ver, por el póster de la película hoy comentada. Por cierto, la habitación está pintada de verde aunque al estar tomada la foto de noche parece blanca.

Pues si ya te admiraba, con ese cuadrazo en el dormitorio eres para mi ALCAUDIOS

Iniciado por cinefilototal

Oh, hannaben... Le das un 10. Estamos completamente de acuerdo. ��

Es un 10 sentimental a tope eh! que la peli está muy bien pero los míos son muy Hammer y de esta peli muy fans

Iniciado por hannaben

Es un 10 sentimental a tope eh! que la peli está muy bien pero los míos son muy Hammer y de esta peli muy fans

¡¡Me alegra coincidir en esta ocasión!!.

Drácula (Dracula, 1958), de Terence Fisher



Lejos queda el expresionismo de la Universal, hecho de luces y sombras, o el arte de sugerir de Val Lewton en la RKO, aquí Fisher nos lo muestra todo con detalle: el horror, la sangre y el salvajismo del vampiro. Su castillo aparece impoluto, con una decoración agradable y más iluminado que El Corte Inglés en Navidad, como luego será también marca de la casa en el cine de terror de Roger Corman.

La película es una adaptación bastante libre de la novela de Stoker: elimina la llegada del conde en barco a Inglaterra o un personaje clave como Renfield; cambia los nombres de algunos personajes o modifica completamente la razón del viaje de Jonathan Harker al castillo del conde (aquí su objetivo es ya desde el primer momento acabar con Drácula, lo cual quizá da pie a algunas situaciones un tanto cogidas por los pelos, puesto que se presupone el conocimiento por su parte de lo que significa el vampirismo y de lo peligroso del maldito conde).

A pesar de todas las alteraciones, Fisher, con guion de Sangster y una bella fotografía de Jack Asher (que conseguía magníficos resultados tanto en color como en blanco y negro), entrega un excelente y renovador film de terror, poniendo de nuevo en órbita al famoso vampiro. Aunque personalmente prefiero el personaje del Dr. Frankenstein encarnado por Peter Cushing, y su ciclo de películas me parece superior en su conjunto, hay que reconocer que la presencia imponente de Christopher Lee ocupa un lugar de privilegio dentro de la historia del género. Hay grandes momentos y un final espectacular, con un electrizante Van Helsing interpretado por Cushing, que recurre al truco de cruzar dos candelabros para conseguir dar forma a una cruz, efectivo aunque ahí le doy la razón a Alex en que quizá resulta un tanto forzado (porque, de hecho, cruces más o menos accidentales hay en todas partes, en especial en puertas y ventanas, y no parecen asustar al conde). De todas formas, ese recurso se ha repetido en diversas ocasiones con posterioridad.



No me alargo, porque llego un poco tarde al comentario. Aunque quizá mi juicio sobre el film no sea tan ditirámbico como el de la mayoría de vosotros, sin duda es un gran film.

Iniciado por mad dog earle

Drácula (Dracula, 1958), de Terence Fisher

Lejos queda el expresionismo de la Universal, hecho de luces y sombras, o el arte de sugerir de Val Lewton en la RKO, aquí Fisher nos lo muestra todo con detalle: el horror, la sangre y el salvajismo del vampiro. Su castillo aparece impoluto, con una decoración agradable y más iluminado que El Corte Inglés en Navidad, como luego será también marca de la casa en el cine de terror de Roger Corman.

La película es una adaptación bastante libre de la novela de Stoker: elimina la llegada del conde en barco a Inglaterra o un personaje clave como Renfield; cambia los nombres de algunos personajes o modifica completamente la razón del viaje de Jonathan Harker al castillo del conde (aquí su objetivo es ya desde el primer momento acabar con Drácula, lo cual quizá da pie a algunas situaciones un tanto cogidas por los pelos, puesto que se presupone el conocimiento por su parte de lo que significa el vampirismo y de lo peligroso del maldito conde).

A pesar de todas las alteraciones, Fisher, con guion de Sangster y una bella fotografía de Jack Asher (que conseguía magníficos resultados tanto en color como en blanco y negro), entrega un excelente y renovador film de terror, poniendo de nuevo en órbita al famoso vampiro. Aunque personalmente prefiero el personaje del Dr. Frankenstein encarnado por Peter Cushing, y su ciclo de películas me parece superior en su conjunto, hay que reconocer que la presencia imponente de Christopher Lee ocupa un lugar de privilegio dentro de la historia del género. Hay grandes momentos y un final espectacular, con un electrizante Van Helsing interpretado por Cushing, que recurre al truco de cruzar dos candelabros para conseguir dar forma a una cruz, efectivo aunque ahí le doy la razón a Alex en que quizá resulta un tanto forzado (porque, de hecho, cruces más o menos accidentales hay en todas partes, en especial en puertas y ventanas, y no parecen asustar al conde). De todas formas, ese recurso se ha repetido en diversas ocasiones con posterioridad.

No me alargo, porque llego un poco tarde al comentario. Aunque quizá mi juicio sobre el film no sea tan ditirámbico como el de la mayoría de vosotros, sin duda es un gran film.

"Nunca es tarde si la dicha es buena"...

Vista la segunda entrega de la pentalogía Frankenstein.

Intentaré ponerme esta noche o más probablemente mañana con el comentario dado que tal vez vea la última película de Sir Alfred y que cierra la filmografía del director británico.

Ficho para la semana que viene

Del Dr. Stein…

… al Dr. Franck…

… y tiro porque me toca

o

14. THE REVENGE OF FRANKENSTEIN (1958)



Director: Terence Fisher.

Producción: Hammer Film Productions Ltd. / Columbia Pictures Corp.

Distribución: Columbia Pictures Corp.

Productor: Anthony Hinds.

Productor adjunto: Anthony Nelson Keys.

Guion: Jimmy Sangster.

Diálogos adicionales: Hurford Janes (Pseudónimo de George Baxt).

Diseño de producción: Bernard Robinson.

Fotografía: Jack Asher (en Technicolor y formato panorámico (1.66:1)).

Música: Leonard Salzedo.

Montaje: Alfred Cox, supervisado por James Needs.

Reparto: Peter Cushing (Dr. Victor Stein/Dr. Franck), Francis Matthews (Dr. Hans Kleve), Eunice Gayson (Margaret), Michael Wynn (Karl, después de la operación), John Welsh (Dr. Bergman), Richard Wordsworth (Paciente), Lionel Jeffries (Fritz), Michael Ripper (Kurt), Oscar Quitak (Karl, antes de la operación), Arnold Diamond (Dr. Molke), Charles Lloyd Pack (Presidente de la Junta Médica).

Duración: 1 h 29 m 56 s. (Copia en BD editada por Powerhouse Films Ltd. en Reino Unido en 2019).

Rodaje: del 6 de enero al 4 de marzo de 1958.

Estreno: 17 de junio de 1958 (EUA); 27 de agosto de 1958 (Reino Unido).



La continuación de LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN (1957), inicialmente denominada THE BLOOD OF FRANKENSTEIN [“LA SANGRE DE FRANKENSTEIN”], era el objeto de deseo de las grandes compañías norteamericanas después del formidable éxito de taquilla que supuso la primera entrega, cuyo protagonismo, a diferencia de las películas de la Universal de los años ‘30 y ‘40, no recaía en la Criatura sino en su creador, el Barón Frankenstein, encarnado de una manera ejemplar por el gran Peter Cushing (1913-1994) en seis de las siete entregas (cinco de ellas dirigidas por Terence Fisher) que la Hammer le dedicaría al personaje.

En una fecha tan temprana como el 24 de julio de 1957 Jimmy Sangster firmó el contrato para elaborar el primer borrador de la tan ansiada secuela.

- Recordemos que LA MALDICIÓN se estrenó en los EUA el 25 de junio. -

Y lo que es más importante, el 6 de septiembre de ese mismo año, la Hammer firmó un acuerdo con la Columbia por la que ésta no sólo se encargaría de la distribución a nivel internacional de sus películas sino que contribuiría igualmente en la financiación de las mismas al 50%.

Este acuerdo duraría siete años (de 1957 a 1964) e incluiría 30 películas.

El 9 de octubre Terence Fisher firmó un contrato para rodar DRÁCULA y THE REVENGE back-to-back o sea, utilizando los mismos decorados, equipo técnico y reparto en ambas producciones.

Y ahora hablemos un poco de la película.

Curiosamente y teniendo en cuenta la importancia que tuvo esta producción (la n.º 54) en el devenir futuro de la compañía, gracias especialmente a ese acuerdo de distribución con un importante estudio de Hollywood, lo cierto es que hoy en día no es una película que muchos aficionados, incluso de la Hammer, la incluyan dentro de sus cintas más admiradas y/o representativas.

Craso error.

THE REVENGE OF FRANKENSTEIN (que jamás llegó a estrenarse en salas comerciales en nuestro país) no sólo es la mejor película de las cinco que Terence Fisher rodó sobre el personaje sino que seguramente es la mejor producción que salió jamás de la factoría y, desde luego, una de las joyas del cine fantástico de todos los tiempos.



- Poster norteamericano -

Y es que THE REVENGE tiene el privilegio de ser la única entre todas las películas (fantásticas y/o de terror) de la Hammer en las que el mal no sólo no es finalmente castigado sino que incluso sale triunfante.

La película parte de un libreto de Jimmy Sangster (1927-2011), el guionista más importante que tuvo la compañía, aunque reescrito en parte por George Baxt (1923-2003) bajo el pseudónimo de Hurford Janes (y al que debemos títulos tan espléndidos como CIRCUS OF HORRORS (1960) o NIGHT OF THE EAGLE (1962), ambos de Sidney Hayers, THE CITY OF THE DEAD (1960) de John Moxey o THE SHADOW OF THE CAT (1960) de John Gilling, para la propia Hammer) y que usufructuó elementos de su propio trabajo para la película LA SANGRE DEL VAMPIRO (1958) de Henry Cass, que a su vez seguía la estela de LA MALDICIÓN, como son el propio título de la película en sus fases iniciales (BLOOD OF THE VAMPIRE vs. THE BLOOD OF FRANKENSTEIN), la existencia de un ayudante jorobado y llamado Carl/Karl (Victor Maddern vs. Oscar Quitak) o el uso para sus fines personales (léase un suministro ilimitado de sangre o partes de los cuerpos) de instituciones públicas (ya sea una cárcel o un hospital para los más desfavorecidos).



- De hecho, THE REVENGE bien podría ser una relectura en clave fantástica de aquel famoso ensayo satírico, “Una modesta proposición” (1729) de Jonathan Swift (1667-1745), en el que el autor de la famosísima “Los viajes de Gulliver” (1726) abogaba por el uso en las chacinerías de la carne de los niños irlandeses pobres… -



El quid de la cuestión era cómo traer de vuelta al pérfido Barón si tenemos en cuenta que en el final de LA MALDICIÓN le vemos dirigirse al patio de la cárcel donde le espera la guillotina.





Recordemos que estamos en 1860.



La solución aunque un tanto traída de los pelos es ciertamente ingeniosa y cruelmente irreverente.

Si en la primera entrega veíamos únicamente a dos carceleros acompañando en sus últimos momentos al Barón y con el sacerdote al que le ha narrado (en flashback) toda su historia haciendo mutis por el foro, aquí por el contrario el villano (porque lo es y además uno de los mejor caracterizados de todo el cine, gracias especialmente al inmenso talento del inmarcesible Peter Cushing) es conducido al cadalso por un jorobado y por el sacerdote, habiendo desaparecido los mencionados carceleros (¡!).



Eso sí, el actor que interpreta al sacerdote es el mismo en ambas entregas (Alex Gallier)…

La gracia del asunto, que la tiene y mucha, es que Karl (Oscar Quitak), el jorobado quien se ha compinchado con el verdugo, había llegado a un acuerdo previo con Frankenstein (¿cuándo? ¿cómo?) por el que éste, a cambio de salvarle la vida, le ayudaría a transferir su cerebro de su maltrecho cuerpo a otro más joven y vigoroso (¡!). Esto último lo sabremos más adelante, lógicamente.

Y, por supuesto, el pobre sacerdote sufrirá la suerte que le estaba destinada a Frankenstein.

Ya decía que era un comienzo ciertamente irreverente.

La pareja de exhumadores de cadáveres formada por Kurt (Michael Ripper) y Fritz (Lionel Jeffries) se llevará el susto de su vida cuando al desenterrar el ataúd del Barón se encuentren en su lugar con el cuerpo sin cabeza del sacerdote y con la súbita aparición, cual Conde Drácula, del noble (y su ahora criado, Karl) lo que provocará el fin de la carrera del segundo (el pobre andaba mal del corazón) – el gesto de Frankenstein cuando certifica su muerte es para enmarcar - y la huida precipitada del primero (que seguro que no volverá a probar el alcohol en toda su vida).





Y así donde había un muerto enterrado ahora hay dos. Y ninguno es el Barón.

Han pasado tres años (por tanto, estamos en 1863) y nos encontramos en la (ficticia) ciudad de Carlsbrück.



La Junta Médica de la ciudad, presidida (honoríficamente) por el Dr. X (Charles Lloyd Pack, que encarnó igualmente a un médico, en este caso el Dr. Seward, en DRÁCULA, un personaje importante en la novela de Bram Stoker pero que carece del menor relieve en la adaptación de Sangster/Fisher), se ha reunido para hablar sobre el Dr. Stein que no sólo se ha convertido en el más popular de toda la ciudad para las clases más adineradas (especialmente entre el género femenino) sino que también atiende a los más pobres, aunque sus intereses no son precisamente caritativos…

Uno de los tres médicos que forman la delegación elegida para convencer al Dr. Stein (lógicamente, Peter Cushing) de que se una a la Junta es un joven ambicioso que atiende al nombre de Hans Kleve (Francis Matthews)…



- Un Francis Matthews que, curiosamente, no sólo intervendrá en el primera secuela del Barón Frankenstein sino también en la primera del Conde Drácula, DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (1966), aunque más de uno siga pensando que LAS NOVIAS DE DRÁCULA (1960), otra de las cimas de Fisher y de la Hammer, debería ser acreditada como tal, aunque no aparezca el Conde por ninguna parte, salvo en el título… -

El gesto de ponerse una flor en el ojal de su chaqueta vinculará al Dr. Stein de Carlsbrück con el Dr. Franck de Londres.





Una manera de hacer frente con estoicismo a la catarata de pacientes femeninas (adineradas) que aguardan en la sala de espera de su consulta y que no sólo buscan en él un remedio para sus (imaginarias/imaginativas) enfermedades sino también un excelente partido para sus jóvenes y párvulas hijas.



Si en LA MALDICIÓN el Barón era el cazador ahora parece más bien la presa…

El reloj de bolsillo del Dr. Stein nos llevará al reloj de pared del hospital para pobres, donde campa a sus anchas el personaje encarnado como siempre magistralmente por Richard Wordsworth y que será el que prenda la mecha en el tramo final de la película.



La visita de la delegación sirve de perfecto ejemplo para mostrar la brutal indiferencia de las clases adineradas por los más desfavorecidos (“Caballeros, deben recordar que éstos son los pobres… ¡El hedor me está matando!”).

Claro que la aparente filantropía del Dr. Stein frente a sus colegas se tornará en algo ciertamente no tan ejemplar.

La negativa de Stein a entrar a formar parte de la Junta no será obstáculo para que el citado Dr. Klever, que conoce la verdadera identidad de aquel, se ofrezca como ayudante en sus experimentos para crear vida de la materia inerte.



En el reconstruido laboratorio nos encontraremos de nuevo con Karl y con Otto, el chimpancé.

Y cuando Stein le muestre a Klever el brazo tatuado del carterista al que había amputado el brazo derecho se dará cuenta de la verdadera naturaleza de ese carácter filantrópico del que parecía hacer gala.



Y seremos testigos del asombroso experimento (ahora decididamente kitsch) que mantiene ocupado al Barón, aunque éste no será más que un preámbulo de lo que se guarda en la manga…



“I swore I would have my REVENGE”, el único momento en que dicha palabra y que forma parte del título asoma en toda la película.



El Dr. Stein triunfa donde fracasó el Dr. Frankenstein, pues ha creado el cuerpo perfecto (salvo por unas pequeñas cicatrices) a partir de los miembros que extirpa a sus pacientes más pobres.



Como decía, el espíritu sino la letra del mismísimo Swift.

Claro que a todo cuerpo le hace falta un cerebro y es aquí donde entra Karl, quien como dijimos al inicio hizo un pacto con Stein para, dada la imposibilidad de sanar su dañado cuerpo, transferir su cerebro (su alma) al cuerpo creado por éste.

Y es que sólo un cerebro vivo puede insuflar vida, la auténtica vida, en un cuerpo inanimado.

Aunque aparentemente la parálisis de Karl se debe a un coágulo de sangre en el cerebro, el cual no supone un obstáculo para Stein, lo cierto es que al final si veremos que será determinante en el drástico cambio de comportamiento que sufra aquel después de la operación…

El personaje de la hermosa Margaret (una Eunice Gayson que encarnaría a la novia (Sylvia Trench) del mismísimo James Bond en los dos primeros títulos de la franquicia (AGENTE 007 CONTRA EL DR. NO (1962) y DESDE RUSIA CON AMOR (1963)), sobrina de una de las clientas adineradas del Dr. Stein, servirá no tanto como interés amoroso del joven Hans sino más bien como esa inevitable atracción consuetudinaria del cine fantástico que se da entre la Bella y la Bestia o sea por parte de Karl. E igualmente como recordatorio del papel meramente decorativo de la mujer en la sociedad de la época, irónicamente representado por su intención de proporcionar a los enfermos jabón y útiles de escritura que éstos jamás han usado o sabrían usar.





La operación de Karl será todo un éxito aunque en contra de los deseos de éste el Dr. Stein no tiene intención de destruir su cuerpo sino de preservarlo para cuando muestre el antes y el después de su intervención a sus incrédulos colegas (¿aunque eso no revelaría que estamos ante el mismísimo Dr. Frankenstein, quien fue condenado a muerte por los brutales asesinatos cometidos por su Criatura?).

El cerebro de Karl necesitará un tiempo para acostumbrarse a su nuevo cuerpo y por ello su presencia será mantenida en secreto en el hospital.

La falta de tacto por parte del Dr. Klever al confesarle las verdaderas intenciones del Dr. Stein de convertirlo en una atracción de feria no harán más que mortificar al pobre Karl.



- Por cierto, me gustaría destacar la excelente interpretación de Michael Gwynn como el nuevo Karl y que protagoniza alguno de los momentos más patéticos y a la vez más terroríficos de toda la filmografía de Fisher y de la Hammer. -

Sin embargo, la dulce Margaret conocerá por boca del taimado Wordsworth de la presencia de ese paciente tan especial.



Mientras la piedad hace que la joven suelte las ataduras de Karl, Wordsworth deja la semilla de la duda en Hans al mencionar que los chimpancés no comen carne.

Y es que se me olvidó mencionarlo pero Otto, el chimpancé, fue objeto antes que Karl de un trasplante de cerebro, en este caso de un orangután.

- Algo ciertamente curioso dado que los chimpancés son mucho más inteligentes que los orangutanes y de hecho compartimos un ancestro común. -

Y no es sólo que Otto le haya cogido gusto a la carne sino que se ha zampado a su propia pareja (sic).

Con estos mimbres nos podemos hacer una idea de cómo puede acabar la cosa.

Claro que en el caso de Karl lo único que le hace falta es que descanse el tiempo suficiente como para que su cuerpo se cure por sí mismo, algo que no le sucedió a Otto que sufrió daños cerebrales al fracturarse el cráneo durante el postoperatorio.

Sin embargo, el azar intervendrá en la figura del brutal portero encarnado por George Woodbridge (que hizo de posadero en la taberna a la que llegaba el Dr. Van Helsing (el mismo Cushing) en busca de su amigo y compañero, Jonathan Harker, en DRÁCULA) quien a raíz de golpear al nuevo Karl, quien había ido al laboratorio para destruir su antiguo cuerpo, provocará que éste se convierta en una auténtica bestia asesina y nos brinde, como antes decía, la escena más turbadora y truculenta de toda la filmografía de la Hammer, aquella en la que le vemos salivar al ver al caído y sanguinolento portero y donde asoma ese canibalismo al que antes hacíamos referencia y que incomprensiblemente pudo salvar la férrea censura del BBFC.







Y aunque no llegue a materializar semejante acto y una vez se ha dado cuenta de que su cuerpo ha revertido al estado anterior, al del discapacitado Karl, en su huida en búsqueda del único hombre que puede ayudarle – lógicamente, el Barón – acabará con la vida de una joven (quien por cierto se las veía y se las deseaba para que su alelado novio hiciera algo más que hablar del tiempo, sin duda, otro gol a la censura).

La irrupción de los doctores Stein y Klever en la velada musical de la tía de Margaret, la condesa Barscynska (una divertida Margery Gresley), en busca de información sobre el paradero de Karl, se verá agravada por la aparición de un tambaleante e irreconocible Karl que no sólo llamará al Dr. Stein por su verdadero nombre (“¡Frankenstein!”) sino que le implorará su ayuda (“¡Ayúdeme!”).







Una formidable escena, magníficamente rodada e interpretada (impresionante el nuevo/viejo Karl interpretado por Gwynn) y que recuerda a aquella de LA NOVIA DE FRANKENSTEIN (1935) de James Whale – la otra mejor versión del mito jamás llevada a la gran pantalla – cuando la Criatura (Boris Karloff) irrumpía en la boda de Frankenstein (Colin Clive) y Elizabeth (Valerie Hobson).

Y de nuevo, como en LA MALDICIÓN, vemos al siempre imperturbable (Franken)Stein retirando los trozos de cristal del cerebro de Karl, al igual que había hecho antes con el del profesor Bernstein (Paul Hardtmuth).



Un hombre que se enfrenta estoico a la Junta Médica y que demuestra no tener miedo ni a nadie ni a nada.

Sin embargo la exhumación de la tumba donde se supone que están los restos del Barón y donde, lógicamente, encontrarán el cadáver del pobre sacerdote (y sin cabeza), pondrá contra la espada y la pared a Frankenstein y a su fiel ayudante, Klever.

No deja de ser lógico que el Barón perezca (aparentemente) allí donde él aliviaba el sufrimiento de los más pobres (sic) a manos de éstos (algo, por cierto, que será retomado por Fisher en la última película del ciclo y en la última película gótica de la compañía, FRANKENSTEIN AND THE MONSTER FROM HELL (1974, aunque rodada en 1972)).

Y digo aparentemente porque gracias a la ayuda del Dr. Klever y a la previsión del Barón que había diseñado un cuerpo a su imagen y semejanza por si las moscas, éste volverá de la muerte.

Y no sólo eso sino que ahora y bajo el nombre de Dr. Franck (tampoco se rompía la cabeza Sangster con los nombres) y repitiendo el gesto que comentábamos al principio, se pondrá una flor en el ojal y sonriente saldrá a recibir a su numerosa clientela (femenina).



No deja de ser paradójico que el único y auténtico triunfo en la carrera como científico del Barón Frankenstein se deba, en realidad y por completo, a su asistente, el Dr. Klever (que bien podría ser “Clever” o sea, inteligente), a quien, por cierto, no volveremos a ver en las siguientes entregas fisherianas del personaje.

Y como decía la única vez en toda la filmografía de la Hammer y probablemente del cine fantástico clásico en la que el villano escapa indemne (a pesar de ocupar un nuevo cuerpo) y sin castigo pese a las atrocidades cometidas en nombre de la ciencia.

Porque y esto sí es importante, Frankenstein es un hombre de ciencia, que desprecia la ignorancia y la superstición (como Van Helsing), que no se detiene ante nada y ante nadie y que comete la blasfemia más abominable al intentar convertirse en Dios, al igual que el capitán Ahab de “Moby Dick” intentaba matar a ese mismo Dios convertido en un cachalote blanco.

Poco más que añadir a esta obra maestra, para mí, la mejor película de Terence Fisher, que murió (como el gran Mario Bava) hace ahora 40 años pero cuyo legado todavía no hemos sido capaz de apreciar en su justa medida.

Como antes decía, DRÁCULA y THE REVENGE comparten buena parte del equipo técnico y de los actores, a la cabeza de los cuales está un Peter Cushing, la perfecta encarnación del mal y que en la vida real era la persona más encantadora del mundo.

Destacar, por supuesto, la soberbia fotografía en Technicolor del gran Jack Asher y que tanta influencia tuvo en autores coetáneos del fantástico como el citado Bava o Roger Corman y que usa los colores primarios (azul/rojo/verde) de una forma tan creativa y detonante al mismo tiempo.





- En los carteles de la película se indicaba que la película estaba rodada en “Super-Natural Technicolor”… -

Y aunque en el banda sonora no está el gran James Bernard, el trabajo de Leonard Salzedo es igualmente destacable, prescindiendo de las famosas tres notas (FRANK-ENS-TEIN y DRA-CU-LA) y elaborando una columna menos vibrante pero igualmente bella.

E indicar que THE REVENGE fue la última película en la que colaboró en gran maquillador Phil Leakey que había dado vida a la Criatura o al Conde encarnados por el gran Christopher Lee.

Ah y como curiosidad, THE REVENGE se estrenó en los EUA en un programa doble con la magistral NIGHT OF THE DEMON (1957) del gran Jacques Tourneur (y que allí se estrenó como CURSE OF THE DEMON (1958)…) y que también está disponible en formato BD de la mano de Powerhouse en una magnífica edición (2018) que incluye incluso cierta tarjeta de visita que espero nunca jamás lleguéis a recibir...



Y a la vuelta de mis (mini)vacaciones la próxima y apasionante entrega del coleccionable titulada…

… EL PERRO DE BASKERVILLE (1959), mi Sherlock Holmes favorito junto a LA VIDA PRIVADA DE SHERLOCK HOLMES (1970) de Billy Wilder.



Nos leemos.


...

Películas del ciclo Frankenstein (según fecha de rodaje):

1956 / THE CURSE OF FRANKENSTEIN / LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN / Terence Fisher

1958 / THE REVENGE OF FRANKENSTEIN / Terence Fisher

1963 / THE EVIL OF FRANKENSTEIN / Freddie Francis

1966 / FRANKENSTEIN CREATED WOMAN / Terence Fisher

1969 / FRANKENSTEIN MUST BE DESTROYED / EL CEREBRO DE FRANKENSTEIN / Terence Fisher

1970 / HORROR OF FRANKENSTEIN / EL HORROR DE FRANKENSTEIN / Jimmy Sangster

1972 / FRANKENSTEIN AND THE MONSTER FROM HELL / Terence Fisher

La venganza de Frankenstein (The Revenge of Frankenstein, 1958), de Terence Fisher



Coincido con Alcaudón en considerarla la mejor de la serie de películas de la Hammer dedicadas al barón Frankenstein. Y eso a pesar de que tanto el inicio como el final requieren una suspensión de la incredulidad de dimensiones estratosféricas. El inicio del film enlaza con el final de la anterior The Curse of Frankenstein. Vemos al barón camino de la guillotina acompañado por el sacerdote y un individuo bajito y deforme que parece intercambiar una mirada de complicidad con el verdugo. Se trata de Karl (Oscar Quitak), que ha pactado (¿cuándo?) con el barón ayudarlo a escapar de la muerte a cambio de que este le trasplante el cerebro a un cuerpo sano y bello. El cuerpo en cuestión será el de Michael Gwynn, al que vemos flotando en una especie de pecera vertical que me ha traído a la memoria la extraordinaria The Black Cat de Edgar G. Ulmer.





Lo mejor del film, de nuevo, es la caracterización del personaje de Frankenstein (aquí reconvertido en el Dr.Stein), soberbiamente interpretado por Peter Cushing: su forma de moverse, electrizante, resulta fascinante. Pero como siempre, la operación de trasplante acaba saliendo mal, el nuevo Karl (con el cuerpo de Gwynn, pero el cerebro del deforme ayudante del barón) sufre los golpes del portero del local donde se esconde el laboratorio, que se ensaña con el temeroso "recién nacido". Sean esos golpes, sea que el trasplante conlleva un insaciable deseo de comer carne (como se demuestra con el comportamiento del chimpancé), Karl se transforma en una especie de zombi hambriento, violento y monstruoso que, además, progresivamente, va volviendo a la anormalidad física de su anterior cuerpo: vuelve a cojear y se le paraliza de nuevo el brazo derecho, añadiéndole un escalofriante babeo que denota su querencia por la carne.



Realmente el personaje de Karl, interpretado por Michael Gwynn, causa terror, incluso más, a mi modo de ver, que el monstruo que encarnaba Christopher Lee en la primera entrega. Su drama nos atemoriza, pero a la vez nos apena, puesto que en el fondo es un ser delicado (que no ha dudado en participar en el asesinato del capellán, eso sí), que se enamora como un colegial de la bella Margaret (Eunice Gayson, en un papel poco más que de florero). El final, con la ira desatada (y sumamente desagradecida) de los pobres a los que atiende el barón (aunque uno duda de que no sean más que conejillos de indias, como cierto brazo parece demostrar), provoca la necesidad de realizar otro trasplante: en este caso el del cerebro de Frankenstein al cuerpo de recambio que, previsoramente, tenía a punto en el laboratorio . Y aquí sí que hay que reconocer que Fisher y Sangster rizan el rizo, porque el nuevo receptáculo de la mente privilegiada del barón es exactamente igual al anterior… salvo por lo que al brazo tatuado respecta. Claro que si esto nos parece exagerado y fantasioso, Fisher nos tiene preparadas mayores sorpresas en sus siguientes films, convertido ya en un maestro en lo de mover cerebros como si de un juego de manos se tratara. Excelente, siempre que uno se acerque a la película con la mente abierta… pero, ¡cuidado!, no demasiado, que hay cazadores de cerebros al acecho por todas partes.

A ver donde tengo "La venganza de Frankenstein"... en cuanto la encuentre la visiono y la comento brevemente.