Es tan inabarcable. Incluso creo que en La Guerra de los Mundos, a su modo, Spielberg homenajea esa gloriosa obra de Ford.
En el documental de Peter Bogdanovich sobre el maestro, el tío Esteban habla con admiración y relata emocionado un encuentro que tuvo con él cuando arrancaba su carrera.
Además de ciencia ficción -que tanto amamos- nos da con esta peli, a lo Ford, reflexiones morales sobre la moral.
Por ejemplo, es una terrible decisión moral la que debe tomar Ray en ese sótano, el que transcurre casi un cuarto de película, y que termina en un acto aterrador que lo hará caer, para después no poder hacer otra cosa que levantarse.