Es que... ahí está el lio, amigo.
Hacer progresar una saga cinematográfica es como cuidar la relación de pareja. No hay que abandonar el esfuerzo después de deslumbrar con la primera impresión, los detalles y los galanteos. "Rec 3" es como ese momento de una relación de noviazgo en que, pasado el entusiasmo y el calentón inicial, a uno de los dos se le escapa un pedete "con ruidito" en algún momento de cotidaneidad y, en lugar de decir perdón o tratar de disimular entre sonrojos, suelta un "Sí, me lo he tirado yo ¿pasa algo?".