Me pareció interesante para ejemplificar que, como decía Polanski en la autobiografía, la cosa estaba convulsa, pero que además el fuego podía venir de múltiples lados: a los críticos que criticaban, por una razón o por otra, resulta que también los terminaron vapuleando cuando se metieron a hacer cine.
Quizá fuera un fenómeno autóctono de Francia en aquella época, siempre en función de sus propias tendencias particulares. Chomsky decía que los intelectuales franceses vivían en su propio mundo aislado. Pero lo cierto es que filosofía, crítica y cine parecían ir bastante de la mano, y más tarde o más temprano, tanto el existencialismo como la nueva ola dejaron de ser vanguardia.
El caso es que al parecer la cosa se puso más turbulenta a finales de los años 60: estuve buscando una entrevista a Rohmer en Cahiers du cinéma, una en la que hablara sobre Mi noche con Maud, y al final la encontré. Pero se nota que ya no hay nada de feeling. Rohmer contesta incómodo, y las preguntas vienen muy determinadas por el giro teórico al marxismo-leninismo que se erigió como línea editorial de la revista. Así que la entrevista no me convence lo suficiente y voy a buscar otra cosa, a no ser que os interese.
De hecho, termina así:
- CAHIERS: Una última pregunta. ¿Qué opina usted de las declaraciones de Eisenstein, basando su práctica del cine fuera de toda intención formalista? : "El realismo absoluto no es de ningún modo la forma correcta de la percepción sino, sencillamente, la función de una cierta forma de estructura social".
- ROHMER: Nada. Nada en absoluto. Queda totalmente fuera de mis inquietudes▮
Encontré algo más de Rohmer y me parece que también de Trintignant. Así que iré poniéndolo. Lo otro creo que ya nos queda fuera de época y de tema.