La verdad no lo entiendo. Una cosa es que tenga poca información y otra es el colmo de la cutrez del diseño elevado a la máxima potencia. Leñe, que se supone que es una revista puntera, que gana su dinero con publicidad y que no está dirigido por sacerdotes franciscanos que no han visto un ordenador en su vida...
En fin, a ver si se arreglan porque da una imagen de lo más triste.
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