Aquí no sé (no tengo prisa por comprobar si ha madurado mínimamente), pero en el primero tiene una mano de hostias. Como mínimo.
Yo lo hubiera desfondado desde aquel ascensor, por anormal.
Ah, no. El crío tiene dos ostias como dos catedrales. Lo más increíble de todo el juego es que el chaval conserve la cabeza en sus sitio después de las cosas que dice y el historial de su padre.
Por otro lado, es un crío, tú mejor que nadie deberías saber lo que eso.