De hecho es así. Al menos he podido localizar un primer plano de Mario Casas, en su interpretación de Toro.
Y es probable que así sea Tripley, pero eso no justifica la profunda y personal indignación que me produce su olvido.
La temporada empieza y termina, a la par que lo hace y acaba el año. Es muy frustrante contemplar, que solo se tiene en cuenta el cine de los 4 ó 5 últimos meses, y lo estrenado el resto del año, por muy bueno que sea, se olvide y se deje únicamente al criterio del público; o que sea un festival extranjero el que tenga que rescatar una película.
Toro tiene todo lo que tiene que tene una buena película: un excelente montaje, un notable sentido del ritmo, interpretaciones por encima de la media, una banda sonora acojonante, con unos temas musicales que quitan el hipo... y pese a todo el esfuerzo invertido se la deja de lado. Filma una España como nunca antes se había visto, por mucho que beba del hiperviolento cómic francés, o se puedan rastrear las influencias de Besson o Winding Refn. Lo apasionante y arrebatador ,es lo genuino y contundente del resultado final. La pasión más que patente que deja la impronta de Kike Maíllo.
No creo que lo más adecuado sea dejar a un lado a un talento emergente, máxime cuando esta ya no es su primera película. Luego lloraremos las migraciones o la no-actividad de nuestros jóvenes directores. Finalmente será el público (que a fin de cuentas es el que vale), el que coloque un film en la posición que merece, aunque el proceso sea infinitamente más lento, pero absolutamente más valioso.
Toro es una pasada, así sin más. Cine del bueno señores.