Es que tanto la vista como el oído son mucho más sensibles a las anomalías que a la falta de información. Si lo que vemos no tiene defectos apreciables y una nitidez razonable es muy difícil que le pongamos pegas.
Es casi imposible fijarse o recordar con exactitud si en una escena el polvo o la lluvia eran algo más finos o más detallados, o si en una camisa blanca o en un traje negro se apreciaban matices adicionales. De hecho los algoritmos de compresión se basan en eliminar precisamente lo menos relevante para el ojo y si a eso unimos que se trata de imágenes en movimiento pues ya es todavía más complicado.
Aún así cuando la pantalla da más información (por tamaño, contraste, resolución, riqueza de colores, etc...) pues es más posible llegar a apreciar algunas de esas diferencias, pero ojo, sólo en algunas secuencias o escenas con mucha información, nitidez o movimiento creo que se podrían ver esas diferencias.