
Iniciado por
Jane Olsen
No es que no esté a la altura del papel (que creo que sí lo está), sino que pienso que otras actrices lo podrían haber hecho igual de bien. Ojo, hablo de buenas actrices, no la primera chica mona de moda que aparece. Y que hace mucho el tener buenos directores de actores detrás. Rouben Mamoulian, que era el que iba a dirigir en un principio la película, también era un buen director, pero creo que sin la sutileza de Manckiewickz, y aunque probablemente también buena, su Cleopatra hubiera sido muy distinta. Y Vivian Leigh (creo que sólo había hecho dos o tres películas previamente en Gran Bretaña y ambas de mediano éxito) de hecho fue una de las últimas actrices en que se pensó para el papel de Scarlett O'Hara, un papel por el cual, como dices, peleó medio Hollywood. Pero la Leigh no sólo era buena actriz (muchas de las candidatas a Scarlett, entre las cuales estaba la Davies, también lo eran), sino que en el caso de Lo que el viento se llevó, también hubo muy buenos directores (hubo varios, entre ellos George Cukor, que pasa por ser uno de los mejores directores de actores y especialmente de actrices de la historia) detrás. Creo que ambos casos, Cleopatra y Lo que el viento se llevó, son muy interesantes por varios motivos. Yo diría que son la primera y la última gran película "de estudio", de "star system", de la época dorada de Hollywood. Después de Cleopatra, todo cambiaría, en parte, debido a la propia Cleopatra. Yo creo que hoy sería inconcebible que hubiera películas así, porque ahora los estudios -incluso los más grandes, tal ve éstos más- van sobre mucho más seguro y todo está mucho más medido y controlado, además que el concepto de "estrella", ha cambiado. En ambos casos hay historias interesantes y exitosas detrás de la película (aunque muy distintas: en el caso de Lo que el viento se llevó, un best-seller muy celebrado, en el caso de Cleopatra, cuyo guión fue en gran medida escrito sobre la marcha, las obras previas de Shakespeare, Shaw, y fuentes históricas antiguas modernas, sobre todo Plutarco), y ambas se caracterizan por un grado de colosalismo impensable en una película de hoy en día. Y que una película hoy, ya no causa tanto impacto como antes, la gente se entretiene de otras maneras, y lo audiovisual ha perdido gran parte de su impacto por la fuerte y contínua exposición a que estamos sometidos. Como curiosidad, Vivian Leigh también interpretó a Cleopatra en César y Cleopatra, de Gabriel Pascal. Es un buen ejercicio de estilo ver ambas películas y compararlas porque son muy distintas en estética e intenciones (aunque ambas tuvieron un accidentadísimo rodaje). Aun gustándome la película de Pascal, yo pongo la de Manckiewicz varios pasos por delante. No por tener necesariamente mejores actores (la otra también los tiene buenos) , o mejores diálogos (que la otra también los tiene buenos, de Bernard Shaw nada menos), sino porque creo tiene más enjundia -la importancia de tener una buena historia, yo siempre digo que sin una buena historia detrás difícilmente se puede tener una buena película- y ha soportado mejor el paso del tiempo. Y otras actrices excelentes como lo han sido Claudette Colbert y Sophia Loren también han encarnado a la reina más famosa de Egipto con resultados muy dispares. Y ya no digamos nada de cuando a Cleopatra la interpreta una actriz normalilla, como ocurre en Marco Antonio y Cleopatra, de Charlton Heston, o en los péplums italianos más rutinarios. No basta con tener buenos actores, tienen que estar bien elegidos para el papel, o por lo menos, enfocar éste de la manera adecuada (¿tú te imaginas a Giulietta Massina haciendo de Cleopatra? pues éso). Hay actores que me parecen sublimes en ciertas películas, y que en otras, ésos mismos, me producen vergüenza ajena. Creo también que muchas actrices hubieran querido intepretar papeles como Cleopatra o Scarlett, no por poder lucirse y hacer una gran interpretación, sino porque en ambos casos, se trataba de producciones caras y prestigiosas, y éso hubiera redundado en beneficio para sus carreras. Pero ojo, que si la hubieran cagado -como casi les pasó con Cleopatra- el batacazo hubiera sido importante. La Taylor pidió un millón de dólares por hacer Cleopatra -al final acabó recibiendo siete, una cifra astronómica para la época- pero acaso acabó arrepintiéndose, porque acabó por ser consciente de que si la película fracasaba, el estudio le echaría la culpa a ella, la actriz del millón de dólares, y esto acabaría siendo malo para su carrera. De ahí que se esforzara por hacerlo muy bien. Creo que en otros casos parecidos, de actrices de renombre en grandes producciones, ha pasado un poco lo mismo. Y lo dejo, que me estoy poniendo muy pesada.