Acabado de ver el segundo episodio, debo reconocer que la mezcla de cariño hacia los personajes y crítica que presenta la serie me parece espectacular, todo ello plasmado en unos diálogos brutales que cuando quieren no dejan títere con cabeza (y aquí citar la valentía de uno de los directores al ser él mismo uno de esos títeres) pero que también pueden ser divertidísimos (Hedda Gabler, esa gran adaptadora).
Saludos