Supongo que voy a ser el único que desentone de la opinión generalizada, pero hoy me he dado cuenta de que este tipo de cine me aburre. Cuando Matrix, era joven e impresionable; ahora, el montaje de una compleja trama narrativa, apoyada en vagos presupuestos pseudopsicológicos o pseudofilosóficos, cuyo único objeto, a mi modo de ver, es servir de vehículo a una acción trepidante con muchas carreras, muchos golpes y muchos tiros, me aburre soberanamente. Lo único que me ha entretenido un mínimo, sin tampoco maravillarme, ha sido el tema de la arquitectura, su construcción y deconstrucción.

Creo que a partir de ahora me mantendré apartado de cualquier película hollywoodiense que plantee las dificultades de distinguir entre realidad y ficción.

Y Di Caprio, este hombre, ¿cuánto trabaja? Ya cansa, por favor.