Con esta película Darren Aronofsky firma una cinta irregular, alucinada, a veces irritante, aunque no se puede negar el poderío visual de algunas de sus imágenes y las correctas interpretaciones del elenco, destacando sobre todos a un gran Russell Crow, bien secundado por Jennifer Connelly y Emma Watson. Anthony Hopkins de un tiempo a esta parte se dedica poco más o menos que a asegurar su jubilación, y su papel de Matusalén es una de las cosas más negativas de esta película, contribuyendo a hacer más ridículo su papel si cabe.
El problema de Aronofsky con esta película es que se ha empeñado en meter en una coctelera varias ideas que no acaban de funcionar. Estéticamente es una película que puede dejar descolocado al que la vea, con esos tan comentados gigantes de piedra horriblemente diseñados (a mi parecer) y esos vestuarios anacrónicosPorque no sabemos muy bien que nos están contando, o más bién, es una mezcla de tantas ideas que no llega atinar con ninguna. Es una película de fantasía, una película futurística postapocalíptica, es una reinterpretación de un pasaje bíbilico, es un drama de adolescentes con las hormonas alteradas, es una película de catástrofes... es todo esto y nada, porque al final lo único que funciona es el esqueleto del relato, la esencia. Todo lo demás es un batiburrillo de ideas que no contribuyen a hacer mejor el relato, sino que lo adornan de forma caprichosa.Spoiler:
El guión va de lo interesante a lo molesto e irritante. Otra vez nos meten al adolescente cabreado enfrentado con su padre, que para colmo sólo piensa en yacer con una moza a pesar de lo que se les viene encima, un papel de esos que te dan ganas de entrar en la pantalla y cogerle del cuello.
El papel de Yoda, digo, de Matusalén es simplemente ridículo (y no sólo por las pintas), escrito sólo para cerrar el círculo de la trama de Emma Watson, papel de esta escrito con un único y evidente motivo, tan evidente que es un pegote, y que Emma Watson con su buen hacer contribuye a que se nos olvide un poco.
Ray Winton hace lo que puede con su esquemático y megalomaniático villano, que podría perfectamente haber salido de una nueva película de Mad Max.
Y es que las tramas secundarias hacen agua por todas partes.
Como partes positivas destacar la fotografía Matthew Libatique, la reconstrucción del arca (a lo que ayuda sin duda que fuera construída de verdad) y las interpretaciones de Russell Crow que carga con dignidad con un papel un tanto desagradecido y desigual y una Jeniffer Connelly que le dá réplica con acierto. Emma Watson cumple con su aporte dramático y a Ray Winston le basta con su presencia para interpretar su papel. La banda sonora de Clint Mansell peca de enfática a veces pero no diría que es mala.
Una película a mi parecer totalmente fallida, lisérgica, que no acaba de funcionar en casi ninguna de las cosas que propone y de las pocas que he visto estos últimos años que estaba deseando que acabara de una vez.