Los amantes de la noche (They Live By Night)
Pues recojo el testigo de Alcaudón, no para superar su comentario (misión imposible), sino para complementarlo. Primero, una puntualización: el "joven" Nicholas Ray nació en 1911, o sea que si tomamos como referencia la fecha del inicio del rodaje tenía entonces 35 años, a punto de 36, y cuando se estrena en Estados Unidos, 38. Por tanto, es un debut muy tardío (a esa edad algunos directores ya eran consumados veteranos, Hitchcock sin ir más lejos, por no citar al
enfant terrible, Orson Welles).
Sorprende que un director inexperto pero ya maduro se decante en su debut por una obra de temática tan juvenil, donde sus protagonistas no dejan de ser en todo momento dos críos a los que la vida les viene grande. El guion se detiene a caracterizarlos como dos cachorros abandonados: Keechie (una sublime Cathy O'Donnell, ella sola es media película) vive con un padre borracho, su madre los abandonó, tiene un tío que se ha escapado de la prisión, Chickamaw (el siempre eficaz Howard da Silva), y vive atendiendo una roñosa gasolinera. Bowie (interpretado por un Farley Granger a mi modo de ver demasiado blando, aunque estoy de acuerdo en que es uno de sus mejores papeles), al que la prensa acabará llamando “Bowie The Kid”, como si fuera un nuevo Billy The Kid, también vio como su madre lo abandonaba para irse precisamente con el hombre que mató a su padre. Luego, él cometió un asesinato y ha estado 7 años en prisión (tiene 23), lo cual quiere decir que como pasaba con Ringo Kid (John Wayne) en
Stagecoach, uno ha de pensar que es virgen. De hecho los diálogos explicitan que ni él ni Keechie tienen experiencia en besar.
El inicio del film es electrizante. Después de esas sorprendentes y en parte desconcertantes imágenes de los dos jóvenes como prólogo (imágenes que no corresponden a planos que vayamos a ver después), una forma de dejar claro que esos “They” del título original son Bowie y Keechie, vemos un espectacular
travelling aéreo sobre el coche de los fugados Bowie, Chickamaw y T-Dub (excelente Jay C.Flippen).
Ese plano se repetirá en diversas ocasiones, tanto después del asalto a un banco, como de la huída de los dos jóvenes, en una forma de unificar las escapadas de los personajes: sean jóvenes o adultos, huyan de la cárcel, se escapen de un robo o se den a la fuga amorosa, su destino será el mismo, como si estuvieran aplastados, dominados por una fuerza superior.
Otro momento excelente, tremendamente moderno, es el del asalto al banco, filmado casi exclusivamente desde dentro del coche que conduce Bowie. La cámara no entra en ningún momento conT-Dub y Chickamaw dentro del banco, y varios planos se filman desde el asiento de detrás del conductor.
Estamos, pues, cerca de la secuencia antológica del robo de
El demonio de las armas (Gun Crazy), de Joseph H.Lewis (film, por cierto, sobre una pareja de delincuentes dados a la fuga, protagonizado por John Dall, la pareja de Granger en
La soga), estrenado en 1950, en la cual la cámara se mantiene siempre en la misma posición detrás del conductor sin cortar el plano.
El asalto es un éxito, pero poco después Bowie tiene un accidente de coche y Chickamaw ha de disparar a un policia. Si Bowie tenía aún, ingenuamente, la esperanza de rehacer su vida dentro de la ley, este episodio pone punto final a sus ilusiones. Solo le queda huir con Keechie sin destino alguno. Viajan en autocar y una breve parada los va a llevar a una población donde hay un establecimiento que ofrece bodas las 24 horas del día (un neón nos lo muestra ya desde el principio de la parada a través del cristal frontal del autocar). Aunque ambos se detienen a tomar un café y vuelven a subir con la intención de continuar la marcha, los destellos del neón parecen actuar como un imán.
De forma irreflexiva, deciden casarse, en una ceremonia de lo más deprimente, en la que queda claro el
leitmotiv de la película (y título de la novela de la cual es una adaptación): “Thieves Like Us”. Sí, los bancos son ladrones como ellos, como también el supuesto juez de paz sin escrúpulos que los casa y les vende un coche usado. ¿Quién no lo es?
Alquilan una cabaña, en medio del bosque, pero eso no evita que los encuentre Chickamaw y que ofrezca a Bowie participar en un nuevo robo en un banco. Chickamaw es un ser destinado al fracaso, que gasta en alcohol y mujeres lo que gano en los robos, un tipo violento e irascible, aunque adopte un cierto papel paternal respecto a Bowie, lo cual le facilita el chantaje emocional.
A partir de este momento, la inevitable reincidencia de Bowie lo marca trágicamente. Como dice Alcaudón, intuimos que, como Bogart (Mad Dog Earle) en la sensacional
High Sierra, pero también como Henry Fonda en la espléndida
You Only Live Once (film con el que tiene muchos puntos de contacto), su suerte está echada. El papel de Keechie, como el de Ida Lupino en el film de Walsh o el de Sylvia Sidney en el de Lang, será el de la sufrida amante/esposa: asistir sin remedio a la tragedia, tragedia que en esta ocasión va acompañada de una cruel traición que lleva a cabo el otro personaje femenino, Mattie (magnífica Helen Craig), quién sabe si una imagen premonitoria y amargada de en que se podría convertir Keechie si Bowie mantuviese su carrera delictiva.
En definitiva, un debut a gran altura, donde Ray ya nos expone algunos de los temas que van a ser centrales en su obra (la violencia, la inadaptación, problemas derivados a menudo ya de la juventud), y en especial esa pasión, ese romanticismo a veces exacerbado, que desprenden sus films.
Un último apunte: sobre la misma novela de Edward Anderson, Robert Altman rodó
Ladrones como nosotros (Thieves Like Us), con Keith Carradine como Bowie y Shelley Duvall como Keechie, film del que tengo un recuerdo muy lejano y no positivo precisamente. En todo caso, sea como sea el texto original de Anderson (que no he leído), creo que podemos estar seguros que la aproximación de Altman es muy diferente a la de Ray.
PD: Lamentablemente no tengo esa edición de Versus y me he tenido que conformar con la más que deficiente de Manga, ya añeja, lo cual me impide valorar a fondo la fotografía del film. Por cierto, además de los dos títulos que tiene la película (el USA y el UK) y que cita Alcaudón, al parecer hay un tercer título, que en imdb se da como “working title”, que es “Your Red Wagon”, que es el nombre de la canción que oyen interpretar Bowie y Keechie en un local donde van a pasar unos escasos momentos de diversión.