En absoluto.

Entre las acepciones de justificar encontramos: Ser algo la causa de que otra no resulte extraña o censurable. También probar una cosa con razones convincentes, testigos y documentos e incluso ajustar o arreglar algo con exactitud.

En ese contexto vivencial, con esta narrativa interconectada y correlacionada, las decisiones y en consecuencia las distintas actuaciones de una respecto a la otra pueden justificarse, moralidad ajustada al antedicho contexto mediante. La ambigüedad moral ahí queda, por supuesto.