Para quien no haya visto Gran Torino, esta peli le resultará mucho más valiosa que para quien sí la haya visto, ya que la principal baza del film es el personaje bombón de un vejestorio cascarrabias, que bajo una fachada de racismo, frialdad familiar y rudeza, esconde un corazón generoso. Pero ese esquema ya fue tocado, y de forma magistral en Gran Torino, y aquí parece que sigue con el piloto automático y a niveles muy inferiores.

Por otro lado, el personaje de Dianne Wiest me resultó molesto, y eso que esta actriz me enamoró perdidamente en Hannah y sus hermanas.